HAIKU

Habitación semioscura. Una pequeña lámpara ayuda a ver la silueta de una mujer regordeta parada al lado de la cama. Viste camisón de dormir y en la cabeza tiene un velo negro que no le deja ver la cara del todo. Reza discretamente. Al lado de la cama, un vaso con agua sobre la mesa de noche. En la cama, está ÉL acostado, ronca un poco. ELLA lo mira.
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ELLA: Dios te salve, María, llena eres de gracia, el señor es contigo… (Se acerca un poco a ÉL y le toma la mano para checar el pulso. Lo deja y lo mira. Suspira. Silencio). Dios te salve, María llena eres de gracia, el señor es contigo… (Hace como si se limpiara las lágrimas y solloza. Como si alguien la consolara, agradece y solloza. Vuelve a checarle el pulso a ÉL. Lo deja. Se rasca la cabeza por encima del velo. Toma el vaso de la mesa de noche y lo huele. Vuelve a checar el pulso. ÉL despierta).
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ÉL: ¿…Qué haces, gorda?
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ELLA: No… nada, estoy practicando. No, no tiene importancia. Anda, duérmete ya que mañana hay bastante trabajo (Le manda un beso. ÉL la mira, se gira y vuelve a dormirse. ELLA lo mira, después mira el reloj. Silencio. Respira. Se acomoda el velo. Lo mira. Respira. Vuelve a oler el vaso y se rasca la cabeza. Le manda un beso a él y se despide. Apaga la luz. Silencio). Dios te salve María, llena eres de gracia, el señor es contigo…