ZANCUDO

A Jaime García
.
Andas dando vueltas en mi cabeza. Desde hace rato. Parece que disfrutas revolotear en mí, alrededor mío, revolotearme.
Intento comprender la necesidad del acto. La vitalidad. ¿Cómo llegaste? ¿En qué momento apareciste? Y sólo te veo escapar cuando sientes mis ojos en ti. Cuando te das cuenta que te miro. Y los sabes. Y te busco. Todo el tiempo te busco. Quiero verte a cada momento. Dejar mi mirada fija en ti y no desprenderla. Jamás, de ser posible. Dejar mis ojos enganchados a tus alas, prendidos, perdidos. Acercar mis manos a tu cuerpo y presionarlo, lentamente, lo más lento posible, disfrutando cada fracción de segundo, cada breve instante del contacto. Sintiendo tu cuerpo estremecerse entre mis manos y así presionar, presionar hasta asfixiarte, quizás hasta matarte.
Porque también es una necesidad matarte.
Pero debo confesar una cosa: me causa placer sentirte alrededor mío, girando en torno a mí, a mi mente, a mis cabellos. Dejando por un momento tu presencia en un zumbido que termina por ser molesto, pero que algo de placer tuvo. Sí, lo confieso. Siento placer cuando estás cerca de mí, cuando te paras en mí. Cuando me chupas. Cuando me hinchas. Siento placer en el dolor que me provocas. Y en cuanto sientes que te miro, te vas otra vez. Como si tuvieras algo más importante que hacer. Escapas y no das razones. O tus razones escapan contigo a modo de chillido. Y a mí me dejas sólo con una gota de sangre de recuerdo. Sangre que ni siquiera es tuya sino mía.
Puto.
Y regresas. Pasa el tiempo y regresas. Exactamente a lo mismo. A dar vueltas en mi cabeza, a posarte en mí, a producirme dolor, a producirme placer, a hincharme y a irte otra vez. Y parece que te encanta.
Sólo te miro y quiero matarte.
¿Cuándo dejarás de ser esquivo?
¿Cuándo dejarás al fin tanta vuelta y ocuparás un lugar fijo de mi cuerpo?
Sin que te vayas.
Sin que sientas mi mirada y abras las alas.
Sin que huyas llorando.
Quédate quieto en mi cuerpo. Una vez al menos.
Sólo una.
Pero conciente de que espero el momento justo para matarte.