LA CERRAJERÍA

A Aleix Aguilá



Un poco de frío no es tan malo. Creo. Mientras mi sinusitis no se afecte. La acera no me incomoda. Diez minutos son tolerables. Creo.


Madonna. Tic-tac, tic-tac.

Ni un mensaje, nada. Quince minutos aún no es demasiado, sigue siendo un margen aceptable de tolerancia. Es parte de la misión, quizás. Este instinto por abrir puertas, facilitar. Siempre hay alguien que te ayuda a abrir tus puertas y alguien que necesita le ayudes a abrirlas. Complejo de San Pedro. ¿Dónde ha quedado la perilla? Veinte minutos ya.

Madonna. Tic-tac, tic-tac.

Es mi destino, lo conozco. Esto va a terminar exactamente como todas las otras veces. Tiene el mismo perfil. Eso va a pasar. ¡Ay, no! ¡Me la estoy pasando tan mal! ¿Por qué es la gente impuntual? Pero me gusta. Todo. Todo me gusta. Aunque haga frío. Aunque no demuestre su cariño. Aunque sea como un manto blanco y frío que va cayendo cubriéndolo todo. Poniendo la nariz roja, entumiendo las alas. Yo quiero volar. Quiero conocer lugares mágicos donde mejor se está y mejor se juega. Una playa, quizás. Una playa dónde tirarse, ver paisajes. Sí, bañarse un poquito en el mar, pero sólo un poquito. Del mar prefiero el paisaje. Mucho sol no me va, soy un poco intolerante al sol. ¿Ves? Somos idénticos, tal para cual. Tampoco le gusta el sol. Aunque quisiera que fuese un poco más cálido. Es tan feo estar con alguien y sentirse solo. O estar solo esperando a alguien. Ya treinta y cinco minutos.

Madonna. Tic-tac, tic-tac.

Tengo frío. Ningún mensaje, nada. ¿Llegará? Últimamente mis mensajes no han llegado. ¿Tendrá saldo? Pobre. ¿Y si le cargo? Quizás no tiene. Cuarenta minutos.

Madonna. Tic-tac, tic-tac.

Creo que siento un poco de frío. Soy algo intolerante al sol, pero tampoco me gusta el frío. Quisiera abrirle la puerta, que me deje ayudarle. Aunque al final pasará lo que ya sé que va a pasar. ¿Entonces qué hago acá? Queriendo abrir puertas. Esperando lo que no va a llegar. Cincuenta minutos.

Madonna. Tic-tac, tic-tac.

Sólo este frío y nada más.