POR COBRAR



Hola, ¿cómo estás? Bueno, sólo quería decirte un par de cosas. Bueno, un poco más de un par. Más que todo, despedirme. Mañana me voy y no quise irme como las chachas. Así como me dijiste: como las chachas. Y bueno, vengo a despedirme. Te voy a extrañar. Bueno, eso es para el final. ¿Sabes? Últimamente he pensado en muchas cosas. De ti, de mí. De lo que pasó. Del tiempo que vivimos juntos. De lo que planeamos. De lo que no hicimos. De lo que quise hacer y no me atreví. Cuando armamos tantos planes, hacíamos compras, salíamos. De cuando se fue al fracaso tu negocio de alimentos y no quisiste levantarlo. Y a mí se me antojó ayudarte, pero era más grande tu decisión por no retomarlo y preferí callarme. De tu salida de la casa por problemas en el trabajo y tener que volver a casa de tus padres. Y me dejabas solo. Del viaje a la playa donde conociste a tu novio y yo quedé como el amigo. De ver que cambiaste tanto y no poder reconocerte otra vez, a ésa que yo ya conocía, que leía tan bien, que no era necesario escucharle palabras, yo ya sabía qué tenía. Y de pronto, ya no sabía bien quién era. Y por eso me alejé. Pero pensaba en ti. Y cuando supe que tú en mí… cuando tu novio me reclamó porque mientras tenían relaciones le dijiste mi nombre. Y cuando me dijiste que igual me extrañabas. Y que pensabas en mí. Y de tus confusiones de no saber si me querías como amigo o como pareja. Y de que extrañabas vivir conmigo, y hablar conmigo y estar conmigo. Y de “El Principito” que me ibas a regalar, que nunca supe cómo entender el gesto y que nunca me entregaste. Y de esas veces que vivíamos juntos y que tenía ganas de meterme en tu cuarto, meterme en tu cama y entrar en ti. Y tú en mí. Y de tener que vivir solo, en ese cuarto con gran jardín y un perro odioso. Con esa cama tan pequeña en la que dormiste un par de veces mientras yo te veía. Y de tus celos por mis amigos. Y de tu desprecio por mi amiga. Y las noches que pasamos juntos. Y de mi malestar con tu novio, que me caía tan bien pero que igual no lo toleraba. Y de tu terminar con él y acompañarte un poco en el proceso. Y de mi querer estar contigo, de tu querer estar conmigo. De mi silencio y tu silencio. De tus huidas y las mías. De nuestro dejar que el otro diera el primer paso. De mi decisión de irme en la que no creías. De mi próximo ya no estar. De que voy a extrañarte. De pensar en tonterías como qué pasaría si… y mejor pensar en otra cosa antes de buscar respuesta. De mi saber que si quisiera formar algo, sería contigo, pero de mi saber que prefiero mejor irme. Y tantas cosas que me pasan por la cabeza y que no quise dejarlas en el tintero. Y quise decírtelas ahora que me voy. Que prefiero dejarlas y no llevármelas. A veces es bueno viajar ligero. Y no sé, qué piensas. No sé qué piensas. Si tienes algo que decir, si estás de acuerdo con esto o no lo compartes. Qué pasa contigo ahora que me voy. No sé, si tú quieres decir algo que no sólo sea decir que “piensas igual que yo”. Decirme algo distinto. Aunque es claro que no cambiará mucho. Bueno, esto es lo que yo quería decir. Y despedirme. Tenía miedo de hacerlo. No sabía si tendría el valor. Te voy a extrañar. Pero nos veremos. ¿O qué piensas?



          - No quiero decir más cosas desequilibradas. Suerte.