LA NOCHE EN QUE EL TOPO GRITÓ LUNA



"LA NOCHE EN QUE EL TOPO GRITÓ LUNA"
de Aleix Aguilà.


Con:
Judith Inda-Valencia
Reyna Mendizabal
Dettmar Yañez
Aleix Aguilà


Dirección: Paco Reyes
Iluminación: Aura Rebollo

EN PALABRAS DEL DRAMATURGO:
Me fui de Barcelona por hastío. Para encontrar una puerta al círculo en el que me sentía atrapado. Para buscar inspiración. Para encontrar o recuperar al artista que había en mi y que sentía que empezaba a cojear. Cualquier parte del mundo era posible. Los ahorros estaban en ese punto en que te permiten hacer este tipo de cosas. Escogí México porqué me habían hablado de un dramaturgo Oaxaqueño (Paco Reyes) que hacía un curso en verano. Realizar este curso fue la excusa perfecta para irme, conocer -hasta donde uno pudiera- este inmenso país y escribir la obra: “La noche en que el topo gritó luna”.

Un extrangero llega a un lugar desconocido, una gran ciudad con severos conflictos sociales. De repente conoce a un hombre que lo acoge. Se van a cenar. Regresan a casa por la noche. El hombre frena, le obliga a salir del coche en una zona peligrosa. Un laberinto. Sin ningún tipo de explicación, ahí le abandona. El que creías que era tu amigo, no es tu amigo. De esta imagen nació la idea de la obra.

Un abandono en medio de la nada, herido y magullado, con la inquietud del peligro en calles desconocidas, la ausencia de las pertinencias básicas como podrían ser un celular o una targeta con algo de dinero, la cartera que te regaló tu padre...Eran miedos con los que jugaba antes de empezar a escribir.

Cuando terminé de escribir la obra me fui de Oaxaca al DF, y ahí empezó la árdua tarea de buscar actores. Encontré un lindo departamento donde vivir frente a una calle muy transitada. Arriesgar tu vida para cruzar una calle no es algo muy común en Barcelona. Mi yo peatón se obsesionó por la relación auto-individuo. ¿Cómo la máquina aprieta al ser humano? ¿Cómo la ciudad aplasta al individuo? ¿Cómo la ciudad se come la montaña? Así nació la idea de construir unos personajes que tienen una relación extraña –casi antinatural- con las máquinas.