I
Dime una historia feliz
y sonríe cuando la digas.
Entonces dime una historia seria
cuando llores.

Pero mejor… no llores. Mira el cielo.
Piensa en la belleza
y lee pinturas en las nubes.
Descubre las formas en ellas.
Dibuja pinturas de ellas.

Y trae a tu abuela
como ella te traía.

Y siéntense juntos
a disfrutar del tiempo.
Da tu felicidad, siempre.

II
Escucha las campanas de la iglesia,
ven a las escaleras
y mira la tarde.

Ve a la plaza a disfrutar los sonidos,
corre a las palomas
y vuela con ellas, con tu mente,
con tu cuerpo,
con tu alma.

Ten tranquilidad
y da gracias a Dios.

Después toma de la mano a los niños
y camina con los viejos
y escucha sus canciones
y juntos, al final del día,
compartan este espacio común que somos
tú y yo.
   
III

No hables con la boca llena.
Habla sólo después de comer.
Después de comer, relájate conmigo
y juguemos en la sombra de los árboles.

Mira los tantos pájaros,
bebe unas aguas frías
y trae un poco para mí. Dime: ¿cómo estás?
Y oye cuando contesto.

Nunca olvides este día.
Mantenlo en tu memoria, como yo.
Recuerda esta memoria
y cuéntala otros días.


Lynn MacDonald
Martha Bost
Paco Reyes.