CONFESIÓN

Lo que piensas que hago es sólo tu fantasía. Tus sueños inconclusos. Tus miedos manifiestos. Yo no hago nada. Sólo quiero salir de mí.
Quiero hablar.
Necesito hablar.

Mi mayor placer es no cumplirte expectativas, es no ser lo que pretendes que sea, es no satisfacerte, es no llenarte el vaso. O bien, desbordarlo. Sin definir. Sin definirme.

Mi placer es no ser como ordenas que debo ser. No meterme a tus parámetros. James Dean muere en choque haciendo felatio. Rebelde sin causa. Muerto pero lleno de placer.

Y dices que estoy mal. Que al hacer eso sólo atento contra mí. Que no logro nada. Que no llego a ningún lugar. Que al hacer eso me estoy apartando de lo que soy, andando sin rumbo fijo. Andando a la deriva. Que al hacer eso sólo voy tropezando de error en error. Cayendo en un pozo sin fondo del que no podré salir.


¿Pondrás tú la tapa?


Poesía se escribe en versos.
Narrativa se escribe en prosa.
Dramaturgia se escribe en diálogos y acotaciones.
Yo me escribo para mí.

Sólo sé de cierto que para hablar me hace falta un buen trabajo de ortodoncia. Quiero a un dentista. Me estoy enamorando de uno. Es alto, guapo, delgado y con frenos.

Quizás él sí sepa frenarme.

Aunque al final, sé que seguiré haciendo lo que siempre hago. Me conozco. ¿Realmente se puede cambiar o sólo maquillamos muy bien lo que sigue estando por debajo?

Como sea. Esto soy yo. Me miras y te preguntas qué es esto.

     ¿Un zapato?

     ¿Una maleta?

“El perro me mira babeante”. LEAR. Tormenta de nieve dentro del cráneo.

Si hay algo de cierto, es una cosa:
No soy poeta, no soy narrador, no soy dramaturgo. Sólo sé chatear.

Necesito hablar de forma anónima, sin que sepas en verdad quién soy. Sin poner fotos en mis perfiles, sin describirme, sin definirme, sin que me conozcas. Contarte toda mi vida en una noche y desaparecer para siempre en otra. Crear personajes que te sorprendan, que te ilusionen y me los compres, pensando que soy ése que te estoy diciendo sin que sepas que no lo soy. Aunque en realidad, ése es más verdadero que este otro que ahora te dice esto.

     ¿Qué es esto?
     ¿Un zapato?
     ¿Una maleta?

     ¿Dónde están mis parámetros?
     ¿Dónde han quedado mis sueños?

Elena
se recogía en pedazos
del espejo roto.
Pero ni así
obtuvo su Paz.