SOBREVIVÍ

PARTE 1
De las que serán.
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¿Cómo iniciar una narración?
Podría decir: Los zapatos blancos no se usan con calcetines.
O: Mi hermano es doctor y trabajó en la Policía ministerial, gracias a eso he podido obtener trato VIP.
O quizá decir: cuida, hijo mío, ante todo, que te choquen en días hábiles.
¿A qué viene esto?
Fabián, un amigo del DF, vino a Oaxaca. Quedamos en vernos el sábado en la noche para llevarlo a conocer los lugares de “ambiente” de la “Provincia más arcaica del reino” (chiste local entre los amigos que ya fueron a ver ANÓNIMA).
Yo salí de ensayo. Resulta que ahora voy a ser actor. Salgo en una obra a estrenarse en marzo y hago múltiples papeles, entre ellos un tipo al que golpea el Quijote, un cura y un arriero. Sí, es una adaptación del Quijote que se va a restrenar con mi grupo de teatro de Oaxaca. Esos papeles los hacía Luis, pero como Luis se fue tras su señora a perseguir el sueño americano (Más tiran… ) y yo estoy ahora en Oaxaca, pues me toca ser su suplente.
Y voy a ser actor.
Algunos no lo saben, pero yo empecé en el teatro queriendo ser actor. Crisol me abrió sus puertas cuando en mis delirios yo esperaba estar parado arriba del escenario y quería entrar al CUT. Pero en el CUT me dieron aire y frustraron mis sueños actorales. Gracias a eso terminé escribiendo y encontré el sentido que parece tendré en esta vida.
Y soy feliz escribiendo. Y ahora, cuando soy feliz escribiendo, voy a ser actor.
Cosas de la vida.
Pasa cuando pasa.
Yo salía de ensayo y quedé en ver a Fabián en el centro tipo 9 PM.
Tomé la bici y me fui a casa a bañar, cambiarme y esperar a que mi papá llegara para llevarme el carro. Quedé en ver a Fabián afuera de Santo Domingo a las 10 PM.
Llegué y él estaba ahí con un amigo suyo que fue presentado con el nombre de Julio. Platicamos un rato y empezamos a organizar la tour.
ARRABAL. Fue la palabra clave.
Julio le propuso a Fabián conocer un lugar arrabal en Oaxaca. El mejor sinónimo de lugar arrabal es: La Costa. Pero son las 10:30 PM y es demasiado temprano para ir a La Costa. Deben estarla limpiando y los puchachos seguro ni han llegado. Cambio propuesta: Vamos primero a La Chinampa y después a La Costa. Llegamos a La Chinampa. La primera vez y única que había ido a La Chinampa me llevó un gringo. El lugar me sorprendió. Mesas de lámina de esas que dicen Carta blanca y tienen pintado un ajedrez. Sillas de lámina. Un local no ancho pero sí profundo con cartones de cerveza arrumbados en las paredes. Un baño al fondo que de puerta tenía un pedazo de madera atrancado y su lavabo era una vieja cubeta de pintura con una jicarita. Eso sí, la cerveza es muy barata. Pero ya no volví a ir en 4 años. Y ahora regreso. La Chinampa ha cambiado. Ya tiene piso, hay baño maso decente, nuevo mobiliario, iluminación. Siguen yendo los albañiles y areneros del río Atoyac, los gringos que disfrutan ese ambiente y las jotitas que llegan a ver qué ligan. Entramos y todos se nos quedaron viendo. Fuimos hasta el fondo, a sentarnos en la barra pues todas las mesas estaban ocupadas. En el camino, todos nos barrían. Llegamos y Fabián pidió cervezas para los tres. Yo no tomo. Llevo 10 meses jubilado del alcohol. Ni en pasteles o carnes. Bueno, no. En pasteles sí. Una vez. Pero estoy jubilado. Platicamos mientras comemos gente. Un gringo entachado. Anda besando a todos, acariciándolos y justo ahora se ha quitado la playera. Tiene buen cuerpo, aguanta un acostón. No, aguanta dos. Ha puesto sus ojos en Fabián. Viene hacia nosotros pero se ha dado cuenta que me burlo de ella. Antes hace una escala conmigo. Tú me ves que estoy una puta, me dice. ¿Perdón? Tú me ves como que estoy una puta. Estos extranjeros que confunden el ser con el estar. No, mana, no estás una puta, eres una puta. Cuidado porque yo me doy cuenta de todo, yo veo y sé que piensa la gente, me dice. Sólo le sonrío con mi ironía característica y la jota sigue su camino rumbo a Fabián. Resulta que es de Montreal y es licenciado. No es gringo, es canadiense. De la parte cachonda de Norteamérica ha según definición que él mismo ha dado de su tierra. Fabián es licenciado. La wera cree que tienen mucho en común y le ha dicho a Fabián que se lo quiere echar. Antes de irse se baja el pantalón y nos enseña las nalgas. Malditas drogas. A donde llevan a la gente. Intentó besar a Fabián así que le digo que se limpie la mejilla para quitarse el chancro. Seguimos bailando y echando desmadre, comiéndonos a la gente y ellos tomando. Como a las 12 decidimos emigrar. Podríamos hacer jotitour completo, pero ya quieren irse a La Costa. ¡Pelos! ¡Pelos! ¡Pelos! Partimos. Llegamos. Nos dan nuestra “cubeta con table” obligatoria en la entrada y listo. El de la entrada nos revisa y nos lo perreamos. Le pedimos que revise mejor y toque más. Entramos y nos dan mesa. El lugar, igual que siempre. Puchachos, show, trabas, teiboleras, música chafa, un tipo haciendo show de Juan Gabriel, otra que hizo de Yuri aunque con ese maquillaje y esa peluca rubia se parecía más a Erica Buenfil. Duranguense, norteño, reegueton (sigo sin saber cómo se escribe esa madre), pop, cumbia, tangas horrendas. Una teibolera echándose en el cuerpo hielos, leche, crema pastelera y cera. La aplaudimos de pie. Sí, uno es gay pero reconoce un buen show. Y mientras bailamos, el Fabián se liga a un chico. De pronto mi comadre ya anda fajoteando. Al rato ya lo sentó en la mesa. 3:00 AM Le recuerdo a Fabián que me debo ir temprano. Están unos tíos de Puebla y mis papás quedaron en pasar por ellos a las 7 AM para ir a misa y después a comer truchas en Cuachirindó, un pueblo en la Sierra a una hora y media de Oaxaca. Obvio que voy con ellos. Está de más aclarar que voy con ellos no por ir a misa. Fabián me dice que en cuanto nos queramos ir, nos vamos. ¿Y qué vas a hacer con tu ligue? No sé. Pues chécale. No es que yo ya me vaya, sólo te aviso con tiempo para que veas qué vas a hacer. Si te vas con él o como. No, yo vine con ustedes. Además creo que estamos lejos del hotel. Bueno, pues chécale y me dices. En cuanto te quieras ir, me dices y nos vamos, no hay problema. Y ahí seguimos en el desmadre, ellos tomando chela y yo con mi botella de agua mineral. El ligue de Fabián que se ha presentado como “Daniel” iba con otro amigo. El amigo ya se va y “Daniel” ha decidido quedarse con Fabián. Seguimos echando desmadre. Un privado reglamentario. Revivir viejos tiempos. A las 4 AM salimos del lugar. Fabián me pide que lo lleve a su hotel ¡Cabrón! ¡Estoy a 5 minutos de mi casa! Lo llevo. Subimos al carro. Julio, el amigo de Fabián sube de copiloto. Fabián se va atrás con su ligue “Daniel”. Vamos rumbo al centro por la calle que tras 25 años de ser oaxaqueño, me entero que se llama Reforma Agraria. Vamos a llegar al crucero con Av. Universidad. ¿Cómo me voy? Estas dos semanas me la he pasado andando en la bici para ir a ensayos. Salgo siempre por esa calle y subo sobre Av. Universidad para tomar periférico y entrar hacia el centro a la altura del Piticó. A mi papá le encanta tomar la ruta de Chedrahui, en lugar de tomar hacia el periférico, se sigue sobre Reforma Agraria. Vengo pensando la ruta posible. Vamos llegando al cruce con Av. Universidad. Estoy seguro de que debo irme hacia el Periférico pero no sé qué me da que me sigo derecho. Tengo verde en el semáforo. He decidido no dar vuelta y sigo derecho. Edipo decidió cerrar los ojos en la encrucijada, yo he decidido seguir derecho. Luz verde en el semáforo. De pronto, una luz al costado del carro. Apenas puedo voltear a verla. Un golpe. Duro. Seco. No cierro los ojos. Veo el carro que está girando. Sale mucho humo. Las bolsas de aire se dispararon. Yo me agarro fuerte al volante y me he quedado tieso, no dejo de acelerar. Sólo veo el carro girar y escucho a Julio que grita. Grita. Y sale humo. Otro golpe seco y el carro se detiene. Acá me doy cuenta que sigo acelerando porque el carro se queja. Aprieto el freno y en chinga apago el carro. Oigo a Julio que grita. “Daniel” se queja. Fabián está bien. Sigue saliendo humo y arde al respirarlo. Intento abrir la puerta pero no se puede. Tampoco puedo bajar la ventanilla. No puedo respirar bien. Le quito el cinturón de seguridad a Julio y le digo que abra su puerta. Abre y se baja. Atravieso el carro y salgo. Fabián tiene su puerta abierta. Voy bajando del carro y llega una camioneta con policías. Piden una ambulancia. Volteo a ver el otro carro y está hecho mierda. Es un Corsa. Una chica va bajando del carro y tose. ¡¿Cabrones, no saben ver un semáforo?! Les grito. Tú te pasaste el alto. Me dice la chica. ¡Yo tengo el verde, los semáforos están funcionando! Le grito. La chica se suelta a llorar y tose. Otro chico baja del carro y la consuela. Regreso al carro y un policía está levantando un machete del suelo. Es de mi papá, le digo, lo ocupa en el trabajo. Resulta que con el madrazo nos abrieron la cajuela y el machete de mi papá salió volando. El policía lo levanta y se lo queda. Yo checo el carro. El golpe fue en la puerta trasera. A quien le dieron de lleno fue a “Daniel”. Le marco a mi hermano para decirle que nos pegaron. No contesta. Marco a la casa. No contestan. Le marco a mi papá al cel. No contesta. Sigo marcando. La policía comienza a interrogarme. En qué estado vengo, qué pasó, cómo estoy. Hasta ahora no me duele nada, estoy más preocupado por los que vienen conmigo. “Daniel” sigue dentro del carro. Fue el que recibió el golpe. Fabián intenta atenderlo. La ambulancia llega. Llegó muy rápido. Bien. Ayudan a subir al conductor del otro carro y a la chica. Van por Daniel pero tienen que sacarlo. Está sangrando. ¿A dónde los llevamos? ¿A qué hospital? A urgencias del que esté más cerca, vamos a llamar al seguro para ver a qué hospital los trasladan en caso que sea necesario. La ambulancia se los va a llevar. Por fin mi papá contesta. Le digo lo que pasó y viene hacia acá. Alguien tiene que irse con Daniel. Busco a Julio y no lo encuentro. Voy con Fabián. Fabián, ¿y tu amigo? No sé, creo que se peló. ¿Cómo que se peló? ¿Cómo está? No sé, al rato le marco para ver. Alguien tiene que irse con “Daniel”. Fabián se va con él. Llega el de tránsito. Me pide mis papeles. Le doy los que encuentro. Me interroga. Le digo todo. Ya viene la grúa, me dice. Me siento y me empieza a dar frío. Saco de la cajuela una chamarra de mi papá. Ahí estamos esperando. Otra monita me interroga. Se estaciona otro carro y bajan dos chavos. Son familiares de los del otro carro. Me piden hablar para llegar a un acuerdo. Deja que llegue mi papá, les digo, él es el dueño del carro y el que tiene los papeles del seguro. Mi papá llega. El de tránsito dice que me van a llevar a Santa Rosa. Mi hermano me llama y le digo lo que pasó. Me dice que viene para acá. Llega la grúa y suben los carros. Los chavos se van a la Cruz Roja a ver a sus familiares, se llevan a mi papá para ver en qué estado está “Daniel” y ver si se pueden llevar a los heridos a Santa Rosa para que el juez los vea y esto no pase al MP o se va a armar un desmadrote. El de tránsito me sube a su patrulla. Tengo frío. Pero empiezo a sentir mucho calor en el cuello. Y me duele. La espalda se me entume un poco. Y ahí voy rumbo a Santa Rosa en la patrulla. Primera vez que llevo a alguien que no toma, me dice el de tránsito y seguimos. El cuello me duele y esto apenas empieza.