GUELATAO

El martes 21 de marzo fuimos a Guelatao que en zapoteco es Yelató; es un pueblo muy bonito, su laguna está un poco chica pero bonita. Toda la gente que la veía se emocionaba. Algunos chavos se ponían a botar piedras a la laguna y algunos hacían ranitas. Había una señora que vendía una nieve de limón natural deliciosa, uno hasta se encontraba los husitos del limón en aquella nieve verde. El acto cívico empezó a las 11 am y terminó a la 1 pm. Se empezó con los honores a la bandera, toda la gente se puso de pié y saludó; había dos bandas del ejército que tocaron, una el himno nacional y la otra los honores a la bandera, todos se hicieron bolas. Después hablaron unas personalidades que estaban presentes. Continuó una niña recitando la poesía a Juárez, le salió bien; luego se entonó el himno nacional y algunos niños de las escuelas de esas regiones cantaron un canto a Juárez; el presidente no fu y mandó a su representante el cual dijo unas palabras, siguió el gobernador diciendo un discurso y entregando una ofrenda floral en el monumento Juárez que parece una casita sin paredes a cuatro columnas con una piedra redonda en medio; dicen que ahí esconde nació Juárez. Yo no le puse mucha atención al acto cívico pues me entretuve con el canto de los zenzontles que engalanaban el aire con su canto y anunciaban la primavera. Mi hermano Juan Pablo está en el grupo AJEF; él y su grupo se vinieron corriendo desde Guelatao hasta Oaxaca con una antorcha. A mi hermana Judith y a mí también nos dieron ganas de venirnos corriendo, pero de repente ellos salieron corriendo y nos dejaron; a mí me dolía el talón y no me vine corriendo, mi hermana trató de alcanzarlos pero no pudo. Mis papás y yo nos fuimos en el coche y recogimos a mi hermana; al rato los alcanzamos y mi hermana se bajó; yo no porque me dolía el talón. Seguimos con mi papá y mi mamá hasta bajar más y entonces yo me bajé, me mojé la cabeza con un chorro de agua fría que salía de un tubo enterrado en la pared, el agua estaba fría y dulce. Al rato llegaron los chavos y llamé a mi hermana para decirle que descansara un poco y que yo me iba corriendo, ella no quiso y me junté con ellos a correr. Llegamos corriendo hasta el puente de Río Grande y varios chavos se subieron a los autobuses porque estaban cansados, mis hermanos y yo seguimos corriendo. Después de un rato yo me subí al camión junto con mi hermana. En el camión van bajando a los muchachos porque es de relevos, los van bajando de dos en dos y a eso le llaman sembrar. Yo me subí después al camión, bajé y corrí bastante. El ambiente al correr es muy bueno pues todos van cantando y se olvida el cansancio; de ahí me subí al coche con mis papás y nos fuimos. Nos paramos en un paradero a la sombra de un eucalipto, ahí había unos señores papás de unos muchachos, también había unos señores descargando unos carros de piña madura y dulce que estaba deliciosa. Los muchachos llegaron después y cuando vieron la piña se botaron, no dejaron nada, sólo dejaron basura y un poco de corazón, pues a algunos no les gustaba y otros no querían por la lengua. Yo no me fui corriendo aún, pero en la zona boscosa corrí casi toda. Algo que vi fue que pelaron bastante cerro para poner “Toma Pepsi” y eso no me gustó mucho. De ahí empecé a correr bastante. Luego en una parte donde hacía frío me subí a la camioneta de un señor que también iba sembrando; en esa parte fría estaba un señor vendiendo nieve. De ahí se siguió corriendo hasta llegar a la cumbre. Ahí nos volvimos a encontrar a los señores de la piña y volvimos a comprar. Ya se llegó al Monumento y de ahí “todos” corrimos hasta el llano. Del llano se corrió hasta la logia pero casi nadie aguantaba. La Brigada Delta, Tránsito del estado y otras ambulancias ayudaron a que esto sucediera.
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Texto N. 9
Francisco Javier Reyes Ortíz
N/L 37
2º C .