ABUELA PATERNA


Mi abuela es la sombra de un árbol grande. Una sombra que une, protege y refresca. Es guajilotes, toronjas, granadas, ciruelas, nueces, duraznos y zapotes. Es un jardín lleno de plantas, es macetitas por todos lados. Macetitas que dan vida, macetitas que se comparten. Es una enorme casa adornada con ladrillos, un poco cuarteada por el tiempo, a veces demasiado grande, incomprensible; con un patio enorme y una cocina siempre caliente. Mi abuela es comida abundante que se obliga a comer. Es un plato limpio volteado sobre la mesa, es memelas en el brasero del fondo, es café, chocolate, tamales, mole… Es pretexto para las historias y las canciones, comidas que nunca acaban. Es carreras con los primos en el patio. Es regaños por las plantas rotas, es persecuciones y cacahuates para el camino. Es una bendición en la frente y otra arrojada a lo lejos mientras te mira partir. Mi abuela es discursos eternos, es un Caín, un cabroncito en reproche. Es bolsas llenas regresando del mercado. Es una cabellera semi negra peinada en un chonguito, es la frente arrugada, las manos quemadas por la comida, la piel morena. Es fiesta y obligación sin preguntas.
Mi abuela es un cáncer anónimo que carcome, una luz que se apaga y también, un fuego que nunca se extingue.