VAMOS POR MI CALAVERA!!!


02 de noviembre de 2006

Como es costumbre, hoy desperté tarde y me encontré con la novedad que en casa sólo estaba mi madre, pues los demás salieron temprano. Medio empecé a despertar y mi mamá escuchaba Radio Universidad, la locutora pedía apoyo pues las PFP estaba entrando a CU para tomar la estación de radio, helicópteros sobrevolaban el lugar y estaban lanzando gases lacrimógenos. Subí a la azotea de la casa para ver qué onda y al llegar hasta arriba vi a lo lejos un par de helicópteros sobrevolando el área y parte de la ciudad. La ciudad brillaba. En serio, la ciudad brillaba. Había muchos destellos en la ciudad y por un momento pensé eran flashes de cámaras de paparazzi que me captaban. Pero no, no era eso. La verdad me la hizo ver mi vecina al descubrirla parada en la azotea de su casa con un espejo dirigiendo el reflejo hacia los helicópteros. Ella y muchos más hacían lo mismo. La ciudad se llenaba de brillitos cual vestido de cabaretera. Mi ilusión de que fueran paparazzis o bien, que la ciudad me sonriera, se desmintió constatando que no es sólo un sector de la población el que está metido en el relajo, sino que es gran parte la que está ya en esto. Si no, ¿cómo es que en todas las colonias se veían luces reflejándose hacia los helicópteros? Y digo yo, ni modo que salieran con sus espejitos pensando que en los aparatos esos iba el Papa, porque honestamente, con el Papa actual ni el reintegro de la compra, pero qué le vamos a hacer. Me quedé sentado viendo el humo que salía a la altura de 5 Señores y los helicópteros que sobrevolaban, a mis vecinos con sus espejos, cámaras de foto y video capturando evidencia de lo sucedido. Total que llegó mi papá con el resto de la familia y subieron a la azotea a ver las cosas mientras yo tomaba el sol. Momento después subió mi hermana. ¿Vas? Vamos. Bajé y me lavé la cara, me puse crema, desodorante, me cambié la playera, me peiné, lavé los dientes y terminamos de preparar las cosas. Por supuesto que si iba a ir al centro de la acción no iba a ir chamagoso, antes muerto que sencillo y ante todo, lo importante es no perder el estilo. Así que ya arreglado, con un sombrero para cubrirme del sol, un pañuelo que combinara con el atuendo y algunas cosas de apoyo, salimos rumbo a CU a ver cómo estaba todo. Llegamos y dejamos el carro a unas 6 cuadras del lugar, desde que bajamos el aire ya era un poco irrespirable, se sentía picazón en nariz y ojos. Conforme avanzamos la sensación se incrementaba. Llegamos a una camioneta y una señorita con aspecto de doctora o enfermera nos dio una toalla femenina impregnada de agua con vinagre para contrarrestar los efectos del gas lacrimógeno. Primera vez en mi vida que uso una toalla femenina, que baste decir que por muy gay que sea, a eso de las mariconadas extremas no le hago, así que bueno, me puse la toalla en la boca, sujetela con mi pañuelo y a acercarse para ver las cosas. Justo íbamos acercándonos cuando un buen grupo de gente salió corriendo hacia nosotros. Al ver la estampida de personas me dije: ¡Mierda, van a matar a Mufasa! Pero no, nanais, lo que pasaba es que la PFP acababa de aventar un par de bombas de gas lacrimógeno y todos salieron corriendo. La gente venía llorando, tosiendo y pidiendo agua. Envalentonado por llevar mi nuevo cubrebocas y como soy tauro con ascendente en tauro, caminé hacia adelante a donde corrían las acciones. Voy! Me creí reportero de Televisa. La cosa es que ahí iba yo bien macho caminando hacia los policías cuando descubrí que mi cubrebocas resultó inservible para las bombas de gas y al grito de “¡mihogo!”, salí corriendo siguiendo a los que ya antes de mí habían corrido. Llegué tosiendo a donde ya casi no había gas y pedí un poco de agua con vinagre para lavarme los ojos pues me ardían harto harto y viendo que respirar no podía, quiteme el cubrebocas y respiré hondo profundo. Asco, me ardían la nariz, la garganta, los ojos y el orgullo. Entre todas las personas que se encontraban ahí, la mayoría eran jóvenes. También señores y niños. ¿Niños? Sí, niños. No, no los llevaron de metiches, eran los niños que viven en las casas de ahí y que por el gas, tuvieron que salir corriendo para no ahogarse, pues los señores policías tiraban el gas sin miramientos y los helicópteros, finos en su puntería, dejaban caer bombas de gas en las casas en lugar de en la calle y las personas debían salir corriendo pues tenían la bomba de gas en su patio. El aire disipó un poco el gas y algunos nos fuimos acercando de nuevo. Los policías nos miraban a lo lejos, escudo en mano y macana en la otra. Varios, al ver que venían hacia nosotros, recogimos piedras y al grito de ¡Por Tutatis!, nos lanzamos contra ellos. Se pusieron los trancazos... a mi lado un par de chavos les lanzaban cuetes y otros dos señores con sus hondas arremetían contra los guardianes del orden. Los policías volvieron a lanzar gases y corre que nos llega el gas. Se disipó otra vez y regresamos. Entre los gases descubrí a algunos de mis compañeros de armas que pochointelas!!! Harto guapos los muchachos. Más me emocioné, y siguiendo los preceptos de Platón, se me subió el ánimo y hasta la Victoria siempre!!! Zapata vive, la lucha sigue!!! A demostrarle a estos guapetones que también los gays somos buenos para el trompo. Y que nos lanzan gases de nuevo y otra vez a correr, que mira que soy valiente pero también corro rápido. Cuando encontré un lugar donde el aire era respirable, recordé que mi amigo Oscar vive justo enfrente de CU, así que le mandé un mensaje para ver cómo estaba. Hablamos un poco por teléfono. Pinche Paco, te van a agarrar los PFP, vente a la casa. No se puede ni pasar, cabrón, además estoy con mi papá, mi hermana y mi cuñado. Bueno, cuídate, si te agarran y te desaparecen le hablaré a la doctora Bertha para pedir informes de ti. Sale, compañero, te mando un saludo combativo. Igual, cabrón, cuídate. La gente se reagrupó y avanzó hacia la policía. Unos arrastraban un carro viejo, que más que carro era la constatación de un recuerdo de carro, así que recordando que gozo de cierta fuerza física, fui a apoyar a esos genízaros para acercar el carro. Pusimos la barricada y la poli se lanzó hacia nosotros. Los cueteros respondieron y el resto gritamos cual Mel Gibson en Corazón Valiente al ver explotar el cuete en las patas de la policía que si no recordaron a Cuauhtémoc, es porque no lo conocen. Y digo que no lo conocen porque a los policías ahora nos los importan de Taiwán. Resulta que los policías que andaban echando gases desde el aire, al ver que la gente llegaba al panteón general, echaron gases en el panteón pensando que la gente se estaba agrupando… juar!!! ¿Qué la policía no sabe que el 2 de noviembre la gente va al panteón a ver a sus muertos y dejarles flores? Digo yo, me cae que sí importan a los polis de Taiwán o Timbuctú, porque si esos pendejos ven mucha gente en el panteón y piensan que son subversivos, habrá que ver qué nos espera. Total que al ver a la gente le echaron sus gases para que se salieran del panteón y dejaran de “amotinarse”. Mamá, creo que mi abuelito todavía apesta. No, m´ija, es la policía que nos está aventando gases. Y regresando… uno de los compañeros de lucha se hizo el fuerte y le cantó una carta a Ufemia, así que en un arranque, arrancó su camioneta y la lanzó hacia la policía para ponerla como barricada. En lo que la acomodaba para que impidiera bien el paso, la policía se lanzó contra él y aventó más gases, todos salimos corriendo de nuevo mientras preguntábamos por si el compañero conductor había logrado salir de su unidad móvil. Nos enteramos que sí logró pelarse y que no lo agarraron así que gritamos de contentos. Para colmo de males, resulta que en la huída, al compañero conductor se le olvidó sacar las llaves y las dejó pegadas, por lo que la policía se llevó la camioneta… ni pex, nos aguaron el grito de guerra. Y entre más gases, cuetes y pedradas, ya me ardían la cara y los ojos, sentía que mi ahogaba. Un autobús salió de entre la gente y se dirigió a remplazar el lugar que antes la camioneta ocupaba. Justo en este momento en que la lucha estaba en su punto álgido, a mi padre se le ocurrió que era hora de retirarnos, así que fuimos hacia el carro y volvimos a casa. Llegamos y mi madre tenía ya listas las cosas para hacer unos sándwiches pues pedían alimentos. Juntamos medicinas, sábanas, material combativo y junto con las 5 bolsas de sándwiches, regresamos a llevarlos. Al llegar, el borlote ya había terminado, la PFP se retiró y la gente se reunía. Las calles estaban quemadas, restos de barricadas por todos lados, agua, gasolina, aceite, postes de luz, alambres de púas, humo, restos de gases lacrimógenos en el aire, las balas de gas en el piso… todo un desmadre. Se escuchaban comentarios de todo tipo, desde mentadas de madre para el gobernador, para los policías, comentarios de triunfo, hasta un “nos costó trabajo pero los mandamos a la verga” ¡Quién fuera PFP! Pensé yo. Entramos a dejar las cosas en Radio Universidad. En la puerta, un chico harto guapetón se me quedó viendo con cara de sospecha. ¿A dónde vas? Traigo comida. Una sonrisota le iluminó la cara haciéndolo ver más lindo. Pásale compañero. Gracias y hola, pensé yo. Adentro de CU la gente se recuperaba; presentaba claras muestras de batalla, ojos rojos, rostros cansados, comían un poco. Llevamos un bote de dulces y la gente se aventó hacia mi cuñado como los niños cuando íbamos de misiones. Se metían los dulces a la boca más rápido de lo que mi amigo Roberto se mete otra cosa. Fuimos al mitin final a ver lo que pasaba. Era demasiada la gente ahí reunida, no sólo los de la APPO, había muchos vecinos de las colonias aledañas unidos. Gente que pide la renuncia de Ulises Ruiz, gente que está cansada del gobierno, gente que no apoya la entrada de la PFP, gente que se une al pueblo por solidaridad y que nada tienen que ver con la APPO. Entre esos, yo, que nada tengo que ver con ese movimiento pero que estoy en contra absoluta de que el dinero del pueblo oaxaqueño se destinara a la campaña presidencial de Roberto Madrazo, que madrearan el Zócalo, la Iglesia de la Sangre de Cristo, la fuente de las siete regiones, que tiraran laureles en el zócalo y el llano, que hagan obra pública con presupuestos desorbitados, que le quieran poner techo al Auditorio Guelaguetza, que les condicionen los apoyos a la gente de los pueblos por sus votos en las elecciones, que privaticen la cultura vendiendo las fiestas del pueblo sin decir a dónde va a parar ese dinero. Como yo, cientos de personas que nada tienen que ver con la APPO pero que se están manifestando, no a favor de la APPO ni de los maestros, sino en contra de todas estas cosas. La PFP dijo que su objetivo era únicamente el liberar Av. Universidad, que nunca pretendieron entrar a Ciudad Universitaria y que buscaron hacerlo por la vía pacífica. Si esto era así me pregunto yo: ¿por qué rompieron las cadenas de las puertas de CU y entraron a los campus? ¿Por qué lanzaron tanto gas indiscriminadamente contra la gente y al interior de las casas? ¿Por qué las tanquetas tienen un líquido que se queda en la piel de las personas y gracias al cual los rastrean vía satélite y en un avión silencioso de máxima tecnología para así catear sus casas y detenerlos? ¿Por qué se llevaron detenidas a tantas personas incluyendo un par de niñas? ¿Por qué andan deteniendo a las personas sin que tengan que ver con el entierro por el simple hecho de verlos sospechosos? ¿Por qué hay tantos desaparecidos y en las noticias se dice que ninguno? ¿Por qué se da un reporte de trece heridos en el enfrentamiento cuando donde yo estuve de mirón había muchos más? ¿Por qué dicen que esta es una lucha de un sector pequeño de inconformes siendo que es demasiada la población que está inconforme en realidad? ¿Por qué insiste el gobierno en mantener a Ulises Ruiz? ¿Por qué el presi en lugar de empezar a solucionar esto está más preocupado en hacer chistes estúpidos respecto a que después de su período se retirará a su rancho a darle besos a doña Martha? En la tarde fuimos a comer a la casa de mi tía. Estaba reunida casi toda la familia. El plato: mole con arroz, frijoles, agua, refresco, café y la plática de lo acontecido en la mañana. Las mentadas de madre estaban al por mayor, todos comentaban algo. Las más pasionales, como siempre, las tías. Terminada la comida decidieron que fuéramos a dar una vuelta al centro aprovechando la cercanía para ver a los que están acampando en Sto. Domingo y a la PFP resguardar el Zócalo de la ciudad. Vimos algunos altares y después a la policía. Nuevamente empezaron los insultos, principalmente por parte de las tías.



Una señora se acercó a la policía y les regaló una bolsa con fruta. Mírala, traidora. Pinche vieja. Mi tío, más listo le preguntó: ¿A poco vende fruta? No, señor. Ah, bueno. La señora siguió caminando y los comentarios respecto a ella continuaron, cuando iban subiendo de volumen y se veía serían más directos, tuve que calmar a mi madre y las tías. Bueno, déjenla, ella tiene derecho de regalarles fruta así como yo tuve derecho de darles un par de pedradas. Seguimos nuestra caminata sin poder entrar al zócalo por ser un grupo grande de gente, ya que a los grupos grandes no los dejan entrar. Subimos y regresamos a casa de la tía. De ahí cada quien a su casa. En la noche vimos las noticias con la creciente indignación de la familia respecto a lo que se decía. Resulta que el pueblo de Oaxaca agredió a la policía. Es el perro que muerde la mano del amo. El reporte, trece heridos, ningún detenido y el objetivo cumplido. En la tarde habíamos prendido la tele para ver qué se decía pero nada. Pusimos el noticiero de Lolita Ayala para ver si entre la noticia de que nació un pandita y bajaron a un gato de un árbol, se les ocurría decir algo. “Lamentablemente los heridos fueron por parte de la PFP y no de la APPO”, dijo la simpática conductora que tiene título de doctora y ya hace comerciales de TV. Al final, esto es pura incertidumbre. Pongamos que sí, que la PFP sólo vino a desalojar Av. Universidad y no más, que todo fue un mal viaje de la gente y se alebrestó sin razón respondiendo agresivamente a algo que tenía otro objetivo. Si así fueron las cosas, fue culpa de la PFP, sabiendo cómo está el clima, el proceder fue el equivocado. No se pisa un hormiguero sin esperar respuesta. Si las cosas fueron de otra forma, si en verdad vinieron a violentar, a querer desalojar CU, a tomar radio universidad, etc… Encontraron respuesta por parte de la gente. Y en esta ocasión sólo de vecinos, falta que llegue la gente de los pueblos y esos son más cabrones. Así que si su objetivo es pacífico y liberar la ciudad, que lo digan claro y vean su forma de hacer las cosas, o esto se pondrá peor que en El señor de los anillos. Por lo pronto acá estaremos. A muchos oaxaqueños hoy nos aguaron la fiesta de muertos, esa aparente tregua de fiestas valió para un cacahuate y no de los que se ponen en los altares. A ver cómo siguen las cosas acá en mi ciudad. Hay tantas cosas que me preocupan ahora, entre ellas el sobre peso que me cargaré gracias a estas fechas. Esperemos que mañana nos espere un día mejor.