VI

Dafne está en el bosque en medio de una corona de flores, hace un rito de consagración a la luna.

DAFNE: La alegría que da la tranquilidad del alma. La paz que expresa el deseo de ser tuya. Mi cuerpo y mente pidiendo estar sólo contigo. Desde ahora seré para ti alabanza permanente. Mi cuerpo nunca más será tocado. Mis pies pisaran tus huellas, seguiré tu rastro en la tierra, estaré contigo en la cacería. Desde ahora seré hija de la luna. Sólo tu luz tocará mi piel y mis ojos estarán puestos en lo que hagas. Dafne, hija de Peneo, ninfa de Diana. Nueva virgen consagrada.

Llega Apolo.

APOLO: Acá estás, te encontré. Tu aroma fue mi guía.

Dafne voltea extrañada. Apolo camina hacia ella. Dafne le indica que se detenga.

DAFNE: Esto es un espacio sagrado.

APOLO: Lo es, estás tú, estoy yo.

DAFNE: Es espacio consagrado a Diana.

APOLO: Diana tiene su espacio con sus vírgenes, tú eres mía.

DAFNE: Yo soy una virgen de Diana.

APOLO: No puedes, no puedes cuando me has entregado tus labios, cuando tu cuerpo arde tanto como el mío.

Apolo se acerca más. Dafne sale de la corona e intenta poner distancia.

DAFNE: ¿Quién eres?

APOLO: El que te ama.

DAFNE: No sé quién eres.

APOLO: Apolo, el dios del sol.

DAFNE: Me han hablado de ti.

APOLO: Nos conocemos.

DAFNE: No.

APOLO: Me besaste.

DAFNE: Mientes.

APOLO: Tus labios se posaron en los míos. Sentí el calor, el calor verdadero. No puedes negarlo.

DAFNE: La luna es testigo de que he estado acá en consagración a ella. Lo que dices son mentiras. Sólo a Diana dedicaré mi vida. Nadie puede tocarme, ningún mortal lo hará.

APOLO: No soy un mortal soy un dios, el dios del sol, el sabio de los oráculos. No puedes consagrarte a la protectora de las vírgenes. Sólo a mí será tu consagración. Sé mi esposa. Sube conmigo al Olimpo y déjame darte el lugar que en el cosmos te mereces. Serás una estrella, la estrella más hermosa, una estrella blanca, la estrella del sol.

DAFNE: La luna es mi mayor anhelo. No es el sol el que inspira mi deseo.

APOLO: No puedo permitirlo. Tú serás consagrada para mí, no para mi hermana.

DAFNE: No puedes obligarme.

APOLO: No se obliga aquello que tanto se desea.

DAFNE: Mi deseo es ser virgen eterna. Ninfa de Diana.

APOLO: Sé cuál es tu deseo. Tus labios hablaron. Yo seré para ti y tú serás para mí.

Apolo intenta agarrarla, Dafne lo evade. Empieza a seguirla.

APOLO: No huyas. Ven y dame la calma necesaria.

Dafne toma la corona de flores y sale huyendo. Apolo la sigue.