¿Marcha del orgullo o carnaval?


Hace años, antes de ir por primera vez a la Marcha era completamente renuente a ella, me parecía un carnaval, algo que no conectaba conmigo, con mi forma de vida, con mi homosexualidad justa y moderada, con mi ser chavito bien e hijo de familia, educado en valores, con cultura y altos pensamientos. Me negaba a ser parte de algo que en lugar de posicionarnos de buena forma ante la sociedad, nos desprestigiaba. Y aunque tenía ganas de ir, siempre encontraba un motivo para no hacerlo: no me desperté temprano, va a llover, habrá mucha gente, se me olvidó, mis amigos no pudieron ir y no voy a ir solo…

Cuando fui por primera vez, quedé sorprendido por la cantidad de gente, por los hombres guapos pululando entre las jardineras de Reforma, la cantidad de gente disfrazada, los carros con gente encuerada bailando electrónica o POP de discoteca; la exaltación de una sexualidad de agencia de turismo con claros tintes de mercadeo. En esa ocasión, no participé como tal, me quedé al margen cual morboso vouyer que se molesta con lo que ve pero no puede dejar de verlo. Mi repudio al carnaval logró confirmación y no volví a ir.

Vino de España mi amigo Aleix e insistió para que ese año fuéramos. Por mucho que me resistía fue mayor su insistencia y, bajo el pretexto de ir a tomar fotos, terminé participando. Por primera vez hice completo el recorrido desde el Ángel hasta el Centro Histórico entre el mar de gente y carros alegóricos. Lo pasé muy bien. Mi espíritu de fotógrafo aficionado se dio vuelo buscando las cosas más raras, los disfraces más increíbles, las tomas más creativas, los besos más bizarros y por supuesto, los cuerpos más marcados del evento. Volví a casa con mi tesoro en una cámara sin pila llena de fotografías que ansiaba evaluar para publicarlas en Facebook y recibir comentarios de “qué padres fotos, están geniales”. Check.

El siguiente año Aleix volvió a estar en México y fuimos otra vez. Ahora, cual paparazzi, me dediqué a buscar hombres guapos y a retratarlos sin pudor, sólo por el hecho de que ellos estaban ahí y yo era libre de fotografiarlos al igual que a la estatua de Colón. La caza de tomas fue nuevamente un aliciente para creer que disfrutaba la marcha. Papeles de colores flotando por el aire, gente semi desnuda, gente disfrazada, carros tocando música moderna mientras las musculocas circuiteras se contoneaban exponiendo la carne en aparador de charcutería y las loquitas fashionistas se sentían el mejor adorno de la marcha. Yo, feliz por un momento que me permitía explotar mi lado de fotógrafo aficionado mientras, sin entender y sin saber, era parte del evento.

El año pasado fui con otros amigos pero ya el hambre de la fotografía no era tanta. Al final, cada año las tomas eran las mismas, gente guapa, gente semidesnuda, gente en vestida, papeles de colores, camiones alegóricos, banderas arcoíris, loquitas fashionistas, musculocas circuiteras, parejas vestidas igual, grupos de amigos vestidos igual… Vale, estaba padre pero… Algo no me cuadraba. Sólo la mota me hacía llevadero el tiempo y me llevaba a poner cara de “me estoy divirtiendo”.

Este año fui con mis amigos y por primera vez, me he sentido en la marcha. No tomé ninguna foto. No me dediqué a buscar caras guapas, nalgas lindas, cuerpos ricos, disfraces padres, gente vestida de la misma manera, el camión con la mejor música o los cuerpos más ricos. Sólo me permití estar. Estar y ser. Por primera vez, en todas las ocasiones en que asistí, pude marchar. Y en lugar de juzgar lo que ocurría, vi caminar detrás de mí mis prejuicios que por muy pensador que me considere, tengo arraigados en lo profundo. Y lo profundo no es mi intestino. Y pude entender que este año lo que hizo diferente a la marcha, fui yo.

Los años anteriores, si bien iba, no estaba ni era. Iba a tomar fotos de algo a lo que no me sentía pertenecido. Como el fotógrafo de bodas que no fue invitado a la fiesta pero ahí está sin ser parte de ella, sólo porque me creía un ser superior en la cadena alimenticia homosexual, la garza que pasa por el pantano sin mancharse el plumaje. Mamón, pues.

Este año, además de poder ser yo y permitirme estar (no en mis cinco sentidos, bueno, sí, pero potenciados), estuve rodeado de amor. Fui con gente que amo y que me hace la vida llevadera. Y pude entender que la marcha es una manifestación de lucha por la posibilidad de ser. Ser no como la sociedad dice que debes ser, sino como a ti se te cante. Pude ver a la gente feliz, feliz por ser quien es: una “loquita fashionista”, una “musculoca circuitera”, “una vestida”, “una desnuda”, “una darks”, “una pacheca”, “una friki”, “una futbolera”, “una guapa inalcanzable”, “una acomplejada que no se acepta” y toda la fauna que quiera sumarse. El sol sale para todos y la lluvia no discrimina a quien moja. Es tan bello ser uno mismo. Estar en la marcha deja ver a miles de personas siendo eso que no se pueden permitir en otros espacios, en otros momentos y circunstancias porque pues no se puede, porque así dice dios, o la sociedad, o el gobierno, o las instituciones, o la abuela, o el papá rudo, o Norberto que dios lo tenga en su gloria y no permita que vuelva. Ojalá la gente pudiera ser como necesite y expresar lo que sienta, sin que alguien esté chingando sólo porque sus complejos le llevan a no dejarse ser a sí mismo y la envidia le carcome lo profundo de las arterias y los amarres de las neuronas.

Al final, ¿qué daño le ha hecho a la humanidad alguien bailando arriba de un camión? ¿Qué daño le ha hecho a la humanidad alguien semidesnudo en un contexto específico? ¿Qué daño le ha hecho a la humanidad alguien usando maquillaje y ropa exagerados? ¿Qué daño le ha hecho a la humanidad alguien que se ha enamorado? O bueno… ¿Qué daño le ha hecho a la humanidad la creencia de ser portador de la verdad y que de no ser así se está condenado? ¿Qué daño le ha hecho a la humanidad el desprecio al otro? ¿Qué daño le ha hecho a la humanidad el temor a lo distinto? ¿Qué daño le ha hecho a la humanidad la falta de aceptación, respeto, empatía, solidaridad y afecto?

Cada quien juega en el bando que decide. Ojalá fuera una elección real y no sólo una imposición o compra de pensamiento. Nuestras acciones hablan por nosotros. Me gustaría que un día la Marcha del orgullo dejara los apellidos (LGBTTTIQALPHAYOMEGA) y fuera sólo eso, una marcha de orgullo: por ser quien eres y por lo que haces, seas mujer, hombre, quimera, feminista, ambientalista, vegano, socialista, animalista, dark, emo, friki, rockero, motockero, charro, folklórico, nerd, stormtrooper, madre y padre a la vez. Lo que sea que dé sentido a tu vida. Y si por ello es un carnaval, que resucite Celia Cruz y lo abandere Chabelo.

Yo ya no lo veré, porque llegar a ello llevará tiempo y espero morir joven, por ahí de entre los 45 y 50 años, nomás para que la gente diga: “murió tan joven, tanto que le faltaba por hacer, qué pérdida”. El punto es, que ojalá un día podamos caminar uno al lado del otro compartiendo el camino, dejándonos ser, sin juzgar, sin joder y cantando Kumbaya. Y que cada marcha sea también un honor a la memoria de aquellos que han aplanado el camino antes que nosotros para lograr que un día, al menos, tantas personas se permitan lo que no pueden en otros ámbitos.



En defensa del matrimonio tradicional.

Para aquellos que defienden a capa y espada el matrimonio a partir de su origen etimológico, he aquí algunos argumentos para que se entretengan:

La palabra "matrimonio" sólo hoy significa la unión legítima y jurídica de una pareja, sin embargo, en la antigua Roma (que es de donde podemos obtener la etimología de tal palabra), no era así. A la unión legítima de una pareja se le denominaba "connubium" o "ius connubium".

"Matrimonium" es una palabra de origen latino formada de la raíz “matr” de mater, tris (madre) con la -i- de unión compositiva y un segundo elemento de dudosa procedencia que es “monium”. ¿Qué significa monium? Se le considera una derivación secundaria de ciertos elementos etruscos rituales en -mo que se especializa en designar un conjunto de actos o situaciones rituales y jurídicas. En este sentido, “matrimonium” significaba el estatus jurídico de una mujer casada y la maternidad legal, el derecho a ser la madre legítima de los hijos de un varón y todos los derechos que de ellos derivan para la mujer, como la condición de “mater familias” y de “matrona” u otras condiciones inherentes. Esto implica entonces que un hombre no estaba vinculado de forma exclusiva a una sola mujer, el acceso al grado “matrimonial” se le daba sólo a una de sus mujeres para evitar todo el despedorre de problemas “patrimoniales”, es decir, herencias, rangos nobiliarios, etc. Por medio del “connubium” (unión legal entre dos personas), la mujer obtenía el estatus del “matrimonium”. Por lo tanto, el “matrimonium”, más que un derecho de la mujer, era un estatus que le daba el varón a la madre de los que él consideraría sus hijos “legítimos”, es decir, los que “legalmente” heredarían los bienes del varón. Mira si no es profundamente machista el planteamiento.

Claro que en nuestros días no es así. Hoy en día ya no somos machistas y además los hombres ya no tienen hijos “ilegítimos”, ni otras parejas aparte de la oficial porque diosito dijo en la biblia que se enoja y entonces la gente no lo hace porque bien han demostrado que cumplen al pie de la letra lo que la biblia dice y por eso tienen la suficiente autoridad para exigir el cumplimiento cabal. Como ellos.
Pero regresando al punto de lo etimológico que es el que pelean: a partir de expresiones latinas como llevar “in matrimonium” a una mujer (a la condición de esposa y madre legítima), las culturas modernas han entendido el vocablo latino “matrimonio” como sinónimo de boda legal, cuando no es así.

Ahora bien, retomando el punto etimológico que es el que están blandiendo para la defensa del sagrado matrimonio, vamos a jugar un poco más con el origen de las palabras.

Ya dijimos que “matrimonio” proviene del latín “mater, tris” y estamos de acuerdo en que significa “madre”. Pero resulta que los romanos, a pesar de ser una cultura increíble, eran cero originales y todo se lo fusilaron de culturas predecesoras a ellos, por lo que el origen de la palabra matrimonio no se remonta a la antigua Roma, sino debería remontarse a las culturas previas de las cuales el latín tomó el término. ¿De dónde proviene “mater, tris”? Del indoeuropeo, donde el lexema “mater“ no significa solamente “madre”. ¿Te parece conocida la palabra “materia”? Es incluso el origen de nuestra actual palabra “madera”.

Pero resulta que el indoeuropeo tampoco es una lengua primigenia, se remonta a los albores de la Revolución agrícola-sedentaria, en donde surgieron las lenguas indoeuropeas por ahí del 6,000 a.C. junto a las urálicas, altaicas, afroasiáticas o dravídicas, entre otras. Veamos ahora que la voz “mater”, primera en ser reconocida como Indoeuropea, puede descomponerse a su vez en el lexema original “ma-” que significaría “mamar” y la desinencia “ter” que enfatizaría la acción. Tomando en consideración que los pueblos ganaderos nómadas subsistieron junto a fuentes constantes de alimento como eran las bestias susceptibles de ser ordeñadas, incluso mamadas, es donde se origina el significado de mamar en “ma”. Pero incluso el propio término “ma”, se remonta muchísimo más atrás que el nostráico en la época del deshielo.

Las primeras palabras del hombre fueron emitidas naturalmente a modo de onomatopeyas y exclamaciones como ¡Ay! ¡Oh! ¡Grrrr! Que al ser reiteradas fueron fijando significados gradualmente especiales. Es la exclamación la que derivó en significado y no el significado el que derivó en exclamación. “Ma”, en este sentido, refleja el balbuceo del mamífero humano en busca de alimento, es el bebé que busca ser alimentado y no el bebé que busca tiernamente a su mamá porque la quiere y le quiere dar un besito. A partir de los sonidos primitivos podemos entender que hasta una lengua no indoeuropea como el chino, tenga una voz que suena como a “mamá” para designar a la madre, que es quien proporciona la “materia”, es decir, quien alimenta.

Entonces, en su guerra etimológica que quieren hacer, el matrimonio no indica la unión legal de una pareja, indica el estatus legal que el hombre confiere a la mujer gracias al cual es reconocida como la madre de quienes heredarán los bienes del hombre, es decir, el patrimonio.

Pero si tanto les cuesta, aceptemos que en las culturas actuales “matrimonio” refleja la unión legal de dos personas. No entre un hombre y una mujer, pues la palabra “madre” no tiene que ver con un género sexual, tiene que ver con proveer la materia, proveer al bebé el alimento, rol social que fue relegado a las mujeres tomando en cuenta que son quienes lactan pero que no es exclusivo de ellas. En muchas culturas primitivas los bebés eran amamantados directamente por animales lactando y hasta donde sé, ningún hombre se casó con la vaca o la chiva que alimentaba a sus hijos ni se le dio a tal chiva o a tal vaca la condición de “madre” del bebé, aunque etimológicamente hablando habría sido lo correcto.

Por lo tanto, el matrimonio no tiene que ver con roles sexuales, tiene que ver con sustentar la materia. Las parejas, entonces, que desean incorporarse a la vida “matrimonial”, más que demostrar una sexualidad, lo que deberían demostrar es que son capaces de proporcionar el sustento a sí mismos pero, más importante aún, que son capaces de proporcionar el sustento a los descendientes, si es que los van a tener, porque la realidad es que hoy los jóvenes ni se quieren casar y mucho menos quieren tener hijos.

Conclusión entonces que doy a sus fundamentos etimológicos de la palabra matrimonio: NO ESTÉN MAMANDO.

He dicho.

Aprendizaje lúdico

EL APRENDIZAJE LÚDICO COMO ESTRATEGIA DE CAPACITACIÓN

“Me lo contaron y lo olvidé. Lo vi y lo entendí. Lo hice y lo aprendí.”
Confucio



Asegurar resultados implica contar con personal bien capacitado, con habilidades desarrolladas, autonomía para resolver problemas y responsabilidad en sus funciones. La práctica de capacitación del personal requiere analizar la realidad del mismo para identificar los factores que influyen en su trabajo y así generar aprendizajes efectivos.

Hoy en día, la capacitación prioriza las meras estrategias comunicativas como estrategias de aprendizaje, olvidando que las primeras son en realidad parte de las segundas. Se considera que el fin último de la capacitación es la mera información sin tener en cuenta factores cognitivos, afectivos, sociales, culturales, etc., para los que se necesita desarrollar otras estrategias. 


En el mejor de los casos, las “dinámicas” quedan rezagadas a “juegos entre shots informativos para despertar al personal”. Se asume de inicio que la capacitación será larga, tediosa e incluso aburrida y que “algo” se deberá hacer para que el personal la soporte y antes de iniciar la batalla se está asumiendo como perdida. La tarea de capacitación no puede lograrse ni resolverse con simples métodos explicativos que no garantizan la formación de capacidades y habilidades necesarias para que el personal genere autonomía y sea capaz de dar solución a los problemas que se le presentan día a día en el trabajo.


En el mundo, la práctica docente  ha realizado avances para activar la enseñanza que pueden ser considerados en las estrategias de capacitación y de esta forma asegurar personal que por sí mismo pueda dar resultados en el PDV incrementando el valor del negocio.


La propuesta: aprendizaje lúdico.


El aprendizaje lúdico enriquece la capacitación mediante un espacio dinámico y virtual que propicia lo significativo de aquello que se aprende al combinar:



  • participación
  • colectividad
  • comunicación
  • entretenimiento
  • creatividad
  • competición
  • trabajo cooperativo
  • análisis
  • reflexión
  • uso positivo del tiempo
  • obtención de resultados en situaciones problemáticas reales


El resultado: un proceso de enseñanza-aprendizaje efectivo.




EL JUEGO COMO HERRAMIENTA DE APRENDIZAJE

El juego ha formado parte de la vida desde tiempos remotos. Los animales aprenden a defenderse, cazar o luchar por medio del juego. Muchos juegos tienen su origen en ritos religiosos de las primeras civilizaciones que denotan una inclinación innata del hombre hacia ellos, lo que les hace ser parte de la idiosincrasia de un pueblo: son parte de la cultura.

Los juegos siempre han sido un método de enseñanza para entrenar a los niños en habilidades necesarias para realizar tareas de la vida cotidiana; ofrecen la posibilidad de practicar en situaciones reales, convertirse en un ser activo, ser creativo y sentirse en un ambiente cómodo y enriquecedor que proporciona confianza para expresarse.


Johan Huzinga afirma que el hombre es un animal que ha hecho de la cultura su juego y que está agradablemente condenado a jugar. Al analizar los rasgos del juego, aporta un nuevo elemento del mismo: la dualidad. El juego es irracional porque abarca al mundo animal y al mundo humano, corroborando constantemente su existencia en la vida de ambos mundos, sin embargo, el juego es más que un fenómeno fisiológico o una reacción psíquica condicionada, es también una función llena de sentido. Todo juego significa algo. Esto se cumple sin base en alguna conexión racional, pues al jugar, sabemos que jugamos, somos más que seres de razón.


Estudios sobre psicología cognitiva demuestran el valor del juego como potenciador del aprendizaje y de la adquisición de conocimientos, que se definen como la elaboración permanente del pensamiento individual en continuo cambio por la interacción con el pensamiento colectivo. El juego contribuye al desarrollo de los participantes en el plano intelectual-cognitivo, en el volitivo-conductual y en el afectivo-emocional.


Sin embargo, es necesario no confundir el aprendizaje lúdico con juego. El juego es lúdico, pero no todo lo lúdico es juego; lo lúdico es también imaginación, motivación y sobre todo, estrategia didáctica.


La palabra “estrategia” procede del griego (stratos: ejército y agein: conducir) y significa “el arte de dirigir operaciones militares”. Actualmente ha perdido la connotación militar quedando como las actuaciones realizadas para lograr un objetivo o resolver un problema. En el ámbito educativo, estrategia refiere a los procedimientos necesarios para procesar la información: adquirir, codificar o almacenar y recuperar lo aprendido; es decir, vincula las operaciones mentales con el fin de facilitar o adquirir un aprendizaje.


La importancia que en la actualidad tienen el componente lúdico y el componente estratégico se debe a que ambos favorecen el aprendizaje eficaz, facilitando su proceso y mejorando las capacidades y habilidades de los participantes acorde a la formación integral del ser humano.


EL APRENDIZAJE LÚDICO


El aprendizaje lúdico se basa en los principios didácticos de Stocker, K.:


1. Carácter científico. Toda enseñanza tiene un carácter científico apoyado en la realidad.

2Sistematización. La realidad es una, forma un sistema y se divide de acuerdo con el objeto de estudio sin perder su carácter sistémico. En el proceso educativo los conocimientos se planean y estructuran de manera que el “estudiante” los integre como un todo.
3. Relación entre teoría y práctica. Los contenidos son teóricos, pero para su asimilación se requieren actividades prácticas.
4. Relación entre lo concreto y lo abstracto. Los “estudiantes” hacen abstracciones mediante la observación directa o indirecta de la realidad en procedimientos que incluyen explicaciones, observación, interacción y retroalimentación.
5. Independencia cognitiva. Aprender a aprender es el carácter consciente y la actividad independiente de los “estudiantes”.
6. Comprensión o asequibilidad. La enseñanza es comprensible y posible de acuerdo con las características individuales del “estudiante”.
7. De lo individual y lo grupal. Se conjuntan los intereses del grupo y los de cada uno de sus miembros para lograr objetivos propuestos y tareas de enseñanza.
8. Solidez de los conocimientos. Trabajo sistemático y consciente durante el proceso de enseñanza en contra del olvido

A partir de estos principios, en el aprendizaje lúdico se desarrollan estrategias directas e indirectas:



DIRECTAS:

  • Estrategias nemotécnicas: para adquirir conocimiento o ser capaz de repetir actividades eficientemente.
  • Estrategias cognitivas: se utilizan como instrumento de generación de conocimientos; permiten deducir, inferir y formular hipótesis.
  • Estrategias comunicativas: permiten una comunicación real entre participantes y entre facilitador y participantes.
  • Estrategias compensatorias: por medio de la evaluación, se confirma el aprendizaje y se corrige lo necesario


INDIRECTAS:


  • Estrategias metacognitivas: se interiorizan y transfieren los conocimientos para volverlos significativos, porque el juego permite experimentar, probar, investigar, ser protagonista, crear y recrear.
  • Estrategias afectivas: se manifiestan los estados de ánimo y las ideas propias, lo que conlleva al desarrollo de la inteligencia emocional. La necesidad incide en la motivación y, cuanto más motivado esté un participante, más aprovechará los recursos de los que dispone, más estrategias utilizará para conseguir su objetivo, generará mayor confianza y aprenderá mejor y más rápido.
  • Estrategias sociales: al programar los contenidos estratégicos se tiene en cuenta la variedad de participantes con diferentes estilos de aprendizaje, necesidades y culturas. Se logra que el participante tenga diversas perspectivas del mundo y se integre a los espacios sociales que se le presentan.

El proceso de aprendizaje se individualiza permitiendo a cada estudiante trabajar con independencia, promoviendo la colaboración y el trabajo en equipo, estableciendo mejores relaciones con sus iguales, aprendiendo más y con motivación, aumentando la autoestima y contribuyendo al logro de habilidades cognitivas y sociales más afectivas y efectivas. Cuanta más autonomía se tenga en el aprendizaje, se alcanzarán mayores competencias. Cuantas más estrategias de aprendizaje se utilicen, más autónomo se llegará a ser.

LA CAPACITACIÓN LÚDICA

Con base en los principios del aprendizaje lúdico se ofertan capacitaciones lúdicas, cuyos componentes principales son:

PARTICIPANTE: la complejidad del trabajo se centra completamente en él. Debe hacerse responsable de su proceso de aprendizaje para poder desarrollar autonomía. Esto le ayuda a ser consciente de los recursos que tiene a su disposición y puede así usar los que considere convenientes en casos específicos. Debe ser activo y participativo; autoevalúa su propio proceso de aprendizaje teniendo en cuenta sus necesidades, intereses y objetivos.

FACILITADOR: a diferencia de un capacitador convencional, su papel es generar una experiencia en un ambiente estimulante y positivo; planifica las actividades, monitorea y detecta las dificultades y los progresos y al final evalúa y hace los ajustes convenientes. Pierde el protagonismo que tiene un capacitador al no ser el centro de la capacitación ni un mero impartidor de contenidos.

ESPACIO: en él se realiza una oferta lúdica cualitativamente distinta, con actividades didácticas, animación y pedagogía activa. La comprensión de un contenido es sencilla cuando el participante está en contacto con el mundo que lo rodea de forma atractiva y divertida. En el espacio se establecen reglas libremente aceptadas pero obligatorias que tienen un fin y van acompañadas de un sentimiento de tensión y alegría, así como de una conciencia de diferencia con la vida cotidiana.

La capacitación lúdica se desarrolla en una dinámica que articula estructuras psicológicas, cognitivas, afectivas y emocionales mediante la socialización, estructurándose en tres momentos definidos:

PLANIFICACIÓN – IMPLEMENTACIÓN – EVALUACIÓN

Planificación: considera todas las variables posibles y se elabora conforme a objetivos. ¿Qué tipo de perfil es? ¿Cuáles son sus funciones? ¿Qué es lo que se espera de él? ¿Cómo se va a conseguir? ¿Qué ha recibido? ¿Qué más va a recibir? ¿De qué forma se estructuran cada una de las actividades en un todo?

Implementación: se aplica mediante revisión. Se revisa la respuesta de los participantes, la eficacia de las actividades, el desarrollo de las mismas. Se mantiene siempre abierta a cambio.

Evaluación: los participantes evalúan la dinámica con base en su propia experiencia y el reconocimiento de sí mismos en ella. Hacen propuestas de mejoría y se vuelven gestores de su propio aprendizaje. El facilitador evalúa a los participantes para detectar áreas de oportunidad y generar propuestas de corrección hacia ellos y hacia la dinámica.

En la capacitación lúdica, la dinámica deja de ser “actividades para despertar o llenar tiempos” y se convierte en la articulación total de la experiencia, causando un movimiento en el personal que va de un “estado primario” a un “estado ideal”.

El valor del aprendizaje lúdico como estrategia de capacitación radica en:

  • Permite un aprendizaje centrado en el proceso, en el desarrollo de capacidades o habilidades y en la adquisición de conocimientos.
  • Permite mayor independencia pues su objetivo es ayudar al personal a controlar su aprendizaje para saber gestionarlo en el PDV.
  • Ayuda a solventar problemas comunicativos o relativos al propio proceso de aprendizaje. Crea una necesidad real de comunicación con la que el personal tiene la oportunidad de poner a prueba sus conocimientos y poner en práctica tanto las destrezas de expresión como comprensión oral y escrita con todas las dificultades que conlleva.
  • Crea un ambiente relajado y más participativo. El personal mantiene una actitud activa y se enfrenta a las dificultades de manera positiva, disminuyendo la ansiedad, adquiriendo más confianza en sí mismo y perdiendo el miedo a cometer errores. La sorpresa, la risa y la diversión provocan el interés del personal en la actividad que se está realizando.
  • Se utiliza para introducir contenidos, consolidarlos, reforzarlos, revisarlos o evaluarlos.
  • Activa la creatividad del personal al inventar, imaginar, descubrir o adivinar con la finalidad de activar estrategias para superar retos y resolver problemas que se plantean en cada actividad. La creatividad, a su vez, estimula la actividad cerebral mejorando el rendimiento según los principios de la psicología del aprendizaje. 
  • Desarrolla actitudes sociales de compañerismo, cooperación y respeto al usar la personalidad e intervenir como individuo que pertenece a una cultura

La realidad de las capacitaciones hoy en día es personal que se sienta por horas a tomar apuntes de información que se les comparte de buena o mala forma; apuntes que en el mejor de los casos lograrán recordar y difícilmente implementar porque no los incluye. 

Las jefes esperan resultados cuestionando por qué no se logra cumplir los objetivos si la información necesaria ha sido compartida. El personal pierde motivación porque no ve crecimiento profesional ni personal. La mayor cantidad de problemáticas laborales radican en la falta de habilidades humanas, falta de gestión del conocimiento y falta de definición de procesos.

Apostar por la búsqueda de nuevas y mejores estrategias de capacitación que consoliden el trabajo es el reto, sobre todo cuando la capacitación se entiende como un shot de inicio, una especie de On Boarding a perfiles pero pierde de vista el seguimiento y la evaluación.

A pesar de los beneficios del aprendizaje lúdico como estrategia de capacitación, el problema parece ser otro: cómo incluirlo, si es rentable o no, si se implementa de forma aislada o a través de otras actividades, si los capacitadores pueden dar el paso para convertirse en facilitadores, si el personal que maneja al personal puede integrarse a esta forma de trabajo, los recursos que implica llevar a cabo capacitaciones lúdicas, si se reducen costos o se incrementan, si son un gasto o valor agregado.


Lograr poner cada cosa en su caja correcta ayudará a mejorar la visibilidad y permitirá un mejor crecimiento del factor humano, sin el cual, ningún negocio podrá desarrollarse.

¿Viva México, cabrones?

El martes de la semana pasada, por tonto, perdí mis lentes. Los dejé en una caminadora del gimnasio y cuando me acordé ya había pasado hora y media. Fui a buscarlos y ya no estaban. Pregunté en recepción y nadie los entregó. Fue entonces cuando me di cuenta de los carteles que hay en el gimnasio sobre cosas que han sido robadas y de cómo el gimnasio no se hace responsable, para ello te rentan lockers y ya es decisión tuya si los rentas o no.

No fui un par de días al gimnasio pero mandé a preguntar, y nada. Hasta el viernes que fui de nuevo y nada. Pregunté si podía dejar un cartel y me dieron luz verde, así que pegué un cartel con mi número telefónico ofreciendo una recompensa para quien devolviera mis lentes.

El lunes en la noche me habló una señora muy apenada diciendo que ella los encontró y los iba a dejar en recepción pero al hacer su rutina se le olvidó y hasta llegar a su casa recordó que no los había dejado. Al otro día los iba a llevar pero se le olvidaron y ya no fue al gimnasio hasta el lunes y vio mi cartel, así que lo tomó para llamarme. Me ofreció disculpas por el olvido y quedó en entregármelos al día siguiente por la mañana.

En la mañana del martes nos vimos y me los devolvió. Mi intención era darle 200 pesotes como recompensa pero se negó a recibirlos. Me dijo que no había porqué, que los lentes eran míos y nuevamente, se disculpó muy apenada por no haberlos devuelto antes. En agradecimiento, le di un beso en su cachetote, un abrazo y nos despedimos deseándonos buen día.

En estos días donde según son de celebrar y todo el mundo dice que no hay nada que celebrar y varios que se autodefinen como "pensantes", "inteligentes", "estudiados", etc., mueven a la gente hacia la decepción, la apatía, el enojo, la tristeza... yo digo que no. Que sí hay que celebrar. Al menos yo tengo una cosa que celebrar: el ver que aún hay gente que puede marcar diferencias, gente que puede poner un grano de arena para hacer que las cosas funcionen y marchen, gente que no está esperando recibir algo a cambio para accionar.

Sí, comparto que el discurso respecto a que el cambio está en uno y no en los demás es melcochoso y promueve la impunidad hacia aquellos que tienen en las manos las riendas del bien social. Creo firmemente en que las personas que “están arriba” deben responsabilizarse por los daños que han hecho al tejido social en todos los niveles. Pero comparto también que ese daño nosotros como sociedad lo hemos permitido al renunciar a nuestra responsabilidad como ciudadanos. Nos hemos empinado a merced de los “líderes sociales”. Aceptamos lo que la Iglesia dice bajo pretexto de que es el Espíritu Santo quien habla y somos cómplices silenciosos de sus perjuicios que acompañamos persignándonos. Creemos que la vida pública es competencia de aquellos que supuestamente hemos elegido y a nosotros sólo nos toca matarnos en el trabajo para pagar una casa, una renta, una vida que nos interesa darnos y no tenemos mayor vela en el entierro. Damos por hecho que la crítica en este país y el movimiento social es responsabilidad de los “líderes”, que a ellos les toca y a nosotros sólo nos compete citarlos, demostrar que los leemos, que los conocemos, que los memorizamos. Si queremos hacernos los revolucionarios, creemos que basta con compartir noticias en Facebook, con retuitear comentarios o noticias de otros y con gritar en el teclado nuestro malestar y nuestro hartazgo, pensando que con ello estamos cambiando la faz de la tierra.

Hace un par de noches, venía en el metro y una mujer ya mayor pasó repartiendo folletos y hablando pestes de Peña Nieto y los políticos. Incitaba a la gente a informarse, a pensar, a ser crítico, a movilizarse, a no quedarse callada. Pedía que le cooperaran para las copias de los folletos o que los que se quedaban con los folletos, le sacaran copias y los repartieran con sus conocidos. Un hombre de apariencia humilde la increpó, le dijo que porqué decía que Peña era una mierda, que él no pensaba así, que a él este gobierno le estaba ayudando. La señora inició una discusión con él diciéndole que era un infiltrado, que lo estaban mandando para callarla y hacerle ruido, que no vendiera su dignidad ni la del país a cambio de una despensa. El hombre, muy sereno, le dijo que quién era ella. La señora se identificó como una de las responsables del movimiento de la APPO en Oaxaca, de las que lucharon contra Ulises Ruíz y contra los priistas asesinos. Sin hacer mayor caso al hombre, siguió incitando a la gente a movilizarse. Frente a mí, una policía anotaba en una libreta mientras observaba a la mujer discutir con el hombre. Saqué el celular dispuesto a filmar en caso de que la policía hiciera algo en contra de la señora, pero luego pensé en las personas que únicamente filman cuando algo ocurre y no hacen nada por evitar lo que está pasando bajo pretexto de que están filmando y su compromiso es difundirlo. Guardé el celular pensando en qué pasaría de meterme en el lío, una noche en un separo si se ponía intensa la cosa… no lo sé.

La señora terminó de pedir cooperación y al ver que la policía estaba ahí anotando en su libreta, se paró en seco. Volteó a verme y cruzamos miradas. Le sonreí y le di unas monedas. La señora sonrió y fue con la policía a entregarle un folleto. La policía lo rechazó y la señora marchó hacia el siguiente vagón diciendo fuerte y firme el discurso que ya había pronunciado en el vagón donde yo venía. La policía sólo volteó a mirarla, después me miró y le sonreí. El metro llegó a Ermita y bajamos la policía y yo. Ella se quedó esperando a que el siguiente metro llegara y yo fui a casa.

Pensando después en el incidente, me quedé con la discusión entre la señora y el señor humilde. La realidad es que el señor venía en el vagón mucho antes de que la señora llegara repartiendo sus folletos, además que su actitud en todo momento fue respetuosa, por lo que dudo mucho que fuera alguien plantado para callar a la señora. Y considerando los conocimientos que tengo en lectura corporal, el hombre realmente creía en lo que decía. Definitivamente pienso que el gobierno de Peña Nieto es una pena que padecemos ahora y del que tendremos consecuencias serias en el futuro, sin embargo, pienso también en cómo debía estar este hombre antes para pensar que este gobierno definitivamente le está dando algo bueno en la vida.

Venimos de dos sexenios panistas que juntos son una pena infinitamente mayor a lo que llevamos con Peña Nieto. Las consecuencias de inseguridad, asesinatos y violencia social se las debemos a ellos. Ahora vivimos las consecuencias de lo que ellos hicieron. Sí, Peña es un pendejo pero que él lo sea, no perdona lo pendejo que también es Calderón y lo infinitamente pendejo que es Fox. Aún siendo tan pendejo como es Peña Nieto, por sí sólo no podría haber hecho que el país se encuentre en la situación en la que está, vivimos actos nuevos pero definitivamente estamos también en consecuencias de actos pasados. Decían los romanos que no hay nada nuevo bajo el sol.

Tal vez lo nuevo sea el grado de descaro y cinismo en el que se encuentra hoy, nuestra mal llamada “patria”. Una mujer como Carmen Salinas cuyo único mérito ha sido representarse a sí misma en cada papel que actúa, desde ser “La Corcholata” hasta ser diputada plurinominal, sin preparación, sin idea de sus funciones, sangrando al pueblo bajo el pretexto de que su partido la respalda, chola del priismo.

Periodistas asesinados, despedidos, silenciados. Población asesinada, desaparecida, humillada. Casos sin resolver, pésimamente llevados. Crisis en la información, noticias falsas que se dan como ciertas y ciertas que parecen falsas ante el estado de desolación y ridículo en el que vivimos. Desigualdad social cada vez más evidente, sociedad rota, ideologías que separan, políticas que dividen, partidos políticos que fragmentan, intelectualidades que segregan, ignorancias que marginan.

Y ante esto es difícil abrir la boca y gritar un ¡viva! ¿Qué vamos a celebrar? ¿Qué vamos a recordar? El panorama parece desolador cuando en realidad oculta otra realidad, una realidad que no quieren que veamos, que como pueblo somos mucho, somos demasiado, somos una cultura enorme, somos más que asesinatos, que represión, que apatía, que desigualdad, que corrupción, que impunidad, que robo, que tiranía, que violencia, que crisis económicas, que negocios bajo el agua, que abusos de poder, que narcotráfico, que extorsiones, que ignorancia, que desigualdad educativa, que secuestros, que desempleo, que pobreza, que sumisión, que silencio, que sangre derramada corriendo por las coladeras. Ésa es la cultura que ellos crearon, pero no la nuestra, no la mía. Ésa es la cultura que ellos hicieron y que quieren que vivamos, pero no es lo que representa a México, no es el país donde nací y crecí.

Tal vez si en estos días, en lugar de pelearnos, dividirnos, molestarnos, segregarnos, alimentar nuestro desprecio (acompañado de pozole o chiles en nogada), aprovecháramos para unirnos, vincularnos, generar espacios para compartir y re definir nuestra identidad cultural, empezaríamos a generar un cambio.

El Facebook no es la revolución. Tus estados y quejas en tu muro no van a lograr nada porque a nadie le importa lo que pongas en tu muro, y no importa porque a cada quién le importan sus propios likes, no los que le dé a otros. Por más seguidores y likes que tengas no vas a lograr nada, porque la vida, la real, está más allá de un monitor y un teclado. Re vincúlate a tu familia, re vincúlate con tus vecinos, re vincúlate con tus amigos, re vincúlate con la sociedad donde vives. Genera espacios de transformación y sé actor de ellos. Critica la realidad donde vives y ayuda a generar espacios de conciencia, pero reales.

Recuerda lo que verdaderamente somos como sociedad, recuerda lo que verdaderamente somos como cultura, recuerda lo que verdaderamente eres, no eso que nos han hecho creer. Renunciar a la memoria nos condena al olvido. No te extrañe que te impongan una forma de ver la realidad (con la cual estás inconforme), si tú mismo has renunciado a tener tu propia mirada. Mientras haya personas dispuestas a marcar una diferencia, las posibilidades se seguirán generando.

No somos héroes.
No somos mártires.



Somos personas construyendo la sociedad en que queremos vivir.




LA ENREDADERA

Traigan una caja más grande
porque mi abuela no cabe en ésa.

No caben su sonrisa y sus abrazos
que desbordan como espuma
de café con leche, de chocolate.
No caben sus comidas, el calor de la estufa,
las ollas de barro.
No caben sus palabras
eternos discursos que orientan
que cansan
confortan.
No caben sus árboles y plantas
todas las macetas regadas por el jardín
creciendo recuerdos
floreciendo anécdotas.

Traigan una caja más grande
porque mi abuela no cabe en ésa.

Ella es madera fina, madera fuerte.
Es un árbol que da sombras
es ramas para nidos.
Ella es pino, nogal, granada, toronja
y la quieren encerrar en caoba.

Traigan una caja más grande
porque mi abuela no cabe en ésa.

No caben el tiempo compartido
las carreras en el patio
las idas al mercado
las bolsas llenas a la vuelta
con cosas que se comparten
con cosas que renuevan.
No caben sus historias
el ambiente del pueblo
el dolor por sus hijos
el amor por sus nietos
el calor de los amigos
o la admiración de la familia.
No caben las plumas de esta enorme gallina
que metía bajo sus alas
todo lo que quería
y unía
convocaba
obligaba.

Traigan una caja más grande
porque mi abuela no cabe en ésa.

Cabrá su cuerpo ahora flaco
su piel cascariza
su chonguito desatado
la mirada consumida
el rigor que la acompaña.

Cabrán, si quieren
la tela que la cubre
la ropa que la viste
los huesos semiunidos
la carne agria.

Pero no caben mi tristeza
las lágrimas de mis tíos
los abrazos de mis primos
la confusión de la familia
los alientos y reclamos
las peleas germinando
y ese trabajo que se avecina
en politiquería innecesaria.

No caben esta casa vacía
el exceso de espacio
la familia desperdigada
los árboles que se cortan
las flores que ya no nacen.
No caben la espuma en mis ojos
el amargo de mi lengua
la tensión de mis puños.

Ella es un gigante.
Es un molino de viento.
Es el aire.
Es la guía de la enredadera.
La flor de la calabaza
que adorna
que nutre
que fructifica.

Traigan una caja más grande
porque mi abuela, no cabe en ésa.

CENIZAS

El volcán está activo y tengo miedo. Mucha gente va a la Ciudad de México. Tengo miedo de la gente en la ciudad. La ciudad es muy grande y no conozco a nadie. Es necesario ir a la ciudad y visitarla con dos amigos que son profesores. Ellos me van a enseñar los lugares más importantes de la ciudad y qué debo hacer en ella. Quiero ir a mi casa pero no es seguro ahora. Vivo en el volcán en una cabaña muy bonita con flores y pájaros. Porque ellos no tienen lluvia, los pájaros y flores están muertos. Yo estoy muy triste. Los pájaros cantan todas las mañanas y ahora están muertos. ¿Quién va a cantar ahora? Nadie canta en la cabaña. El silencio cae lentamente con las cenizas.

Bettye Bradley
Paco Reyes

LOS X´CAU



Patio del Colegio Álamos.
Armando, un cau despeinado y desaliñado brinca en busca de comida, medio dormido por el sol.
Cande, una cau arregladita llega dando pequeños brinquitos. Mira a Armando y lo sigue poco a poco. Se acerca cuidando que no la note y lo asusta.

CANDE: ¡Bu!
ARMANDO: ¡UAY! (grito de cau).

Cande ríe. Armando la mira molesto.

ARMANDO: ¡Qué te pasa, ah! Vas a hacer que se me atore el cheto del puro susto.
CANDE: ¡Fo! ¿Cheto estás comiendo? Te va a hacer daño, se te va a inflar tu panza.
ARMANDO: ¿Cómo así que se me va a inflar? Si cheto es bueno, es sabroso.
CANDE: Se te va a inflar la panza hasta que se te bote el tuch.
ARMANDO: ¡Amarra tu lengua, ah! Me andas deseando cosa fea.
CANDE: Si yo no te puse el cheto en la boca. Te vas a tapar si sigues comiendo eso. Allá tú.
ARMANDO: Allá yo.
CANDE: Pues sí.
ARMANDO: Pues no.
CANDE: ¿Qué estás haciendo?
ARMANDO: Corajes, ah. ¿Qué más?
CANDE: ¿Por qué andas haciendo corajes?
ARMANDO: Porque está muy fuerte la calor. Me voy a derretir.
CANDE: Ay, sí, yo también. A mí hasta me duele la cabeza de tanto calor. Muevo un ala y sudo. No quiero ni brincar ni nada.
ARMANDO: ¿Por qué hará tanto calor?
CANDE: ¿Y por qué va a ser? Si ya no hay árboles, ¿cómo quieres que no haya calor?
ARMANDO: ¿Y a dónde fueron?
CANDE: ¿Quiénes?
ARMANDO: Los árboles.
CANDE: ¿Cómo que a dónde fueron? Pues los mataron a todos.
ARMANDO: Es que en el país ya hay mucha inseguridad. El narcotráfico está terrible. Los gringos ya no quieren venir.
CANDE: No seas tonto. ¿Qué tiene que ver el narcotráfico con los árboles? Los hombres mataron a los árboles para quemarlos, para hacer sus casas, sus edificios, sus carreteras, sus centros comerciales. Y ahora todos nos morimos de calor.
ARMANDO: ¡UAY! ¿Y qué? Yo en mi casa tengo aire acondicionado.
CANDE: ¿Ves? ¡Por esa actitud nos estamos muriendo todos!
ARMANDO: ¿Cuál actitud?
CANDE: ¿Y cuál va a ser? Ésa que tienes. Sólo te importa estar cómodo tú y nada más.
ARMANDO: ¿Y a poco importa algo más?
CANDE: ¿Y cómo no va a importar? Ya te pareces a los del Álamos.
ARMANDO: ¡UAY! Cállate, no digas eso que te pueden oír.
CANDE: Pues es necesario que lo sepan.
ARMANDO: No te metas con los niños. Son tan bonitos.
CANDE: ¿Niños? ¡Qué van a ser niños! Si mira estos, ya hasta bigote les está saliendo.
ARMANDO: Para mí son niños, Cande. Yo a muchos los vi desde chiquitos.
CANDE: Pues de chiquitos eran bonitos. Pero a muchos les pasó como a los burros.
ARMANDO: ¿Cómo que como a lo burros, ah?
CANDE: Que de chiquitos son bonitos, pero crecen y…
ARMANDO: No digas eso, todos son muy bonitos.
CANDE: Pues son bonitos pero también son muy puercos.
ARMANDO: No estés diciendo eso que nos van a correr.
CANDE: ¡Pues que nos corran!
ARMANDO: Bueno, ¿tú estás enojada o qué te pasa? ¿Por qué ese humor?
CANDE: Porque el calor me pone de malas. Y ver que el patio está lleno de basura. Los salones siempre tienen basura en el piso. Hay dos botes en cada salón para separar la basura y nadie los conoce, dejan las luces prendidas. En la cafetería dejan su basura cuando terminan de comer y no la levantan. Nadie usa los contendores para separar la basura. Dime, pues, ¿eso no es ser cochino?
ARMANDO: Pero si eso es bueno para nosotros. Si no recogen la basura, podemos comernos las sobras.
CANDE: Puros chetos.
ARMANDO: A mí me encantan los chetos.
CANDE: Por eso estás panzón. Lombrices debes tener en tu panza.
ARMANDO: Yo no tengo lombrices, tengo un ecosistema.
CANDE: Pues como decía mi abuelita. La gente que no recoge su basura es gente puerca. Y mi abuelita era muy sabia.
ARMANDO: Pero no le puedes decir eso a los niños.
CANDE: ¿Por qué no?
ARMANDO: Pues porque son niños, debes tratarlos con cariño. Con humor y amor.
CANDE: ¡Maá! Una cosa es el amor y otra dejarlos ser unos puercos. Pero allá ellos si quieren vivir entre la basura. Cada quien tiene el espacio que se merece.
ARMANDO: No es cierto, mis chiquitos.
CANDE: No son chiquitos, Armando. ¿Qué van a ser chiquitos? ¿Te has dado cuenta que mientras más crecen, más se tardan en el baño? ¿Pues qué harán?
ARMANDO: ¡Cande!
CANDE: ¡Qué! Si es verdad. Y mientras más grandes, más desperdiciados. ¿Qué decir del agua?
ARMANDO: Que está hecha de hidrógeno y oxígeno.
CANDE: Armando… ¡eres un molusco!
ARMANDO: ¿Yo? ¿Por qué?
CANDE: ¡Porque no tienes cerebro!
ARMANDO: ¿Sí? Pues tú eres más molusco que yo.
CANDE: Pues tú eres el molusco más molusco de todos los moluscos.
ARMANDO: ¡Pues soy el rey de los moluscos!
CANDE: ¡Pues sí!
ARMANDO: ¡Pues no!

Se sacan la lengua.

ARMANDO: Bueno, ya. ¿Qué me decías del agua?
CANDE: ¿De qué?
ARMANDO: Dijiste algo sobre el agua.
CANDE: Que está hecha de hidrógeno y oxígeno.
ARMANDO: Eso lo dije yo. ¡Me estás robando mis diálogos!
CANDE: Ay, ya. Qué genio. Pues me estaba quejando del agua.
ARMANDO: ¿Por qué? ¿Porque moja?
CANDE: No, porque aquí no la respetan.
ARMANDO: ¿Le dicen groserías?
CANDE: No. Peor. No la cuidan.
ARMANDO: ¿Te parece?
CANDE: ¿No has visto? Mientras se lavan las manos dejan la llave abierta pues están más ocupados en verse frente al espejo. Ahí está el agua desperdiciándose y ellos nomás viéndose. ¿Qué tanto se verán? El que es feo es feo, no tienen que mirarse tanto para resignarse. Y los botes de agua que rellenan, cuando se calienta el agua, la tiran o la dejan en su salón.
ARMANDO: Pero que tiren el agua por el drenaje está bien.
CANDE: ¡UAY! ¿Cómo va a estar bien?
ARMANDO: Pues porque el agua que se va por el drenaje es la que rellena los cenotes. Si la gente no desperdiciara el agua, los cenotes se secarían.
CANDE: ¿Estás mal de la cabeza? ¿De dónde sacas que el agua que se va por el drenaje es la que rellena los cenotes?
ARMANDO: Pues de la lógica. El agua que se va por el drenaje se va para bajo la tierra y bajo la tierra están los cenotes. Si no dejas que el agua se vaya por el drenaje, se van a secar los cenotes.
CANDE: … ¡Eres el más molusco de los moluscos!
ARMANDO: ¡Pues no!
CANDE: ¡Pues sí!
ARMANDO: Y de todos modos, ¿qué de malo tiene que dejen la basura en el patio o no le cierren a la llave de agua? Ya Germán o Don Óscar se encargarán de limpiar y cerrar la llave.
CANDE: Es que ése es el problema, Armando.
ARMANDO: ¿Cuál? ¿Que Germán y Don Óscar a veces no cierran las lleves o no recogen la basura?
CANDE: ¡No! ¡La actitud! La actitud que tienen los muchachos de la escuela de no responsabilizarse. Por esa actitud es que el mundo se está muriendo.
ARMANDO: ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No es verdad!
CANDE: ¿Cómo que no es verdad?
ARMANDO: A mí no me vuelven a engañar de esa forma. El año pasado dijeron que los mayas dijeron que el mundo se iba a gastar y no pasó nada.
CANDE: ¿Cómo que el mundo se iba a gastar?
ARMANDO: Sí, todos dijeron que los mayas dijeron que el mundo se iba a gastar y no fue verdad. El mundo nada que se gastó y ¿sabes qué fue lo único que ocasionó?
CANDE: ¿Qué?
ARMANDO: Que la gente maya tenga pena de ser maya.
CANDE: ¿Cómo va a ser eso? Eso no es verdad. A la gente no le da pena decir que es maya.
ARMANDO: ¿Ah, no? Mira nada más. A ver, de los que están acá, ¿quién es maya?
ARMANDO: ¿Ves? Te lo dije. Les da pena decir que son mayas.
CANDE: Pero si es un orgullo ser maya. Yo soy maya.
ARMANDO: Pero a la gente le da pena decir que es maya. Y todo es por culpa de esos que dijeron que el mundo se iba a gastar y no se gastó. Sólo dejaron a los mayas en ridículo. Pero si el mundo se hubiera gastado, sería muy diferente porque entonces la gente maya se sentiría orgullosa de ser maya porque le atinaron.
CANDE: ¿Pero cómo se iban a sentir orgullosos de ser mayas si el mundo ya estaría gastado? No habría nadie, ¿quién se iba a sentir orgulloso?
ARMANDO: Pues no sé.
CANDE: Armando, ya sé quién es más molusco que tú.
ARMANDO: ¿Quién?
CANDE: La gente que le da pena decir que es maya. ¿Y sabes quién es más molusco todavía?
ARMANDO: ¿Quién?
CANDE: La gente que se burla de los que son mayas.
ARMANDO: Son los más moluscos de los moluscos.
CANDE: Los reyes de los moluscos.
ARMANDO: Los moluscos supremos.
CANDE: ¿Tú eres maya, Armando?
ARMANDO: ¿Yo? ¡No!
CANDE: ¿Cómo te apellidas?
ARMANDO: ¿… Yo?
CANDE: Sí, ¿cómo te apellidas?
ARMANDO: Brdrdutyhjshliu…
CANDE: ¿Cómo?
ARMANDO: Bugiuhujhiduh…
CANDE: ¡Te apellidas Mac! Mac es apellido maya.
ARMANDO: ¡Pues no¡ Yo me apellido Mac porque mi familia es dueña de las computadoras.
CANDE: ¿Ah, sí?
ARMANDO: ¡Pues sí!
CANDE: ¡UAY! ¿Qué dijimos de la gente que se avergüenza de ser maya?
ARMANDO: Que son unos moluscos…
CANDE: ¿Y de la gente que se burla de los que son mayas?
ARMANDO: Que son los moluscos más moluscos de todos los moluscos.
CANDE: ¿Sabes qué me da risa, Armando?
ARMANDO: ¿Qué?
CANDE: Que los que más se burlan de los mayas son los que más comen cochinita pibil y mucbil pollo.
ARMANDO: Eso sí.
CANDE: Bueno, pues. Entonces, ¿qué vamos a hacer con tanta basura?
ARMANDO: Ver si hay alguna comida sabrosa.
CANDE: ¡No, Armando! ¡No!
ARMANDO: ¿Entonces qué?
CANDE: Necesitamos limpiar.
ARMANDO: ¿Limpiar?
CANDE: Sí, limpiar.
ARMANDO: Pero si eso lo hacen  Germán y Don Óscar.
CANDE: Mira, Armando, el mundo está muy mal, por eso hay tanto calor, y si nosotros que vivimos en él no lo cuidamos, ¿quién lo va a hacer?
ARMANDO: Pero eso no es verdad. No hace tanto calor.
CANDE: ¡Cómo que no!
ARMANDO: Mira a los alumnos del Álamos, tienen puestas sus chamarras. Si tienen puestas sus chamarras es que no hace calor.
CANDE: Pobres criaturas, se deben estar asando.
ARMANDO: No creo, se les ve muy contentos. Muy sudorosos, pero contentos. ¿Sabes qué creo, Cande?
CANDE: ¿Qué cosa?
ARMANDO: Que como la escuela es de prestigio, en realidad las chamarras son tratamientos de spa.
CANDE: ¿De spa? ¿Cómo va a ser?
ARMANDO: Si, de spa. ¿Ves que luego la gente va a los spas a sudar? Pues eso, éste es un spa portátil.
CANDE: Estás loco, Armando, ¿cómo va a ser? Pobres criaturas, míralos. Parecen vaporcitos. Mira ése, debe estar relleno de espelón con pollo.
ARMANDO: ¿Y si me lo como?
CANDE: ¡UAY! Pero ya tan sudado, cómo ha de oler. ¡Fo!
ARMANDO: Eso sí, Cande.
ANDE: Ya, mejor deja en paz a los vaporcitos y dime, ¿me vas a ayudar?
ARMANDO: ¿A qué?
CANDE: A limpiar la escuela. A cuidar las instalaciones, a cuidar el agua. A apagar la luz cuando no se esté ocupando. A cerrar las puertas cuando el aire esté encendido. A separar la basura. A usar adecuadamente los contenedores. A recoger la basura y dejar limpios los espacios que ocupes.
ARMANDO: ¡¿Tanto?!
CANDE: Sí, Armando. Y más cosas todavía.
ARMANDO: ¡¿Más?!
CANDE: Hay muchas cosas por hacer.
ARMANDO: Pero yo no soy más que un pobre pájaro cau. Soy pequeñito y esas son muchas cosas.
CANDE: Mira, Armando, cuando se trata de ensuciar, nadie es pequeño, pero cuando se trata de limpiar, todos son pequeñitos y sin fuerza.
ARMANDO: Pues sí.
CANDE: ¡Pues no! En la vida no hay gente pequeña, hay gente floja. ¿Me vas a ayudar?
ARMANDO: ¿Yo?
CANDE: Sí, Armando, ¿quién más? ¿Me vas a ayudar?
ARMANDO: Sí…
CANDE: No te escuché, ¿me vas a ayudar?
ARMANDO: Sí…
CANDE: …
ARMANDO: ¡Sí, pues! ¡Te voy a ayudar!
CANDE: ¡Vamos, pues!
ARMANDO: ¿Y qué hago?
CANDE: Pues recoge la basura, mantén limpios los espacios, separa los residuos en orgánicos e inorgánicos. Coloca el pet en los contenedores. Cuida el agua. ¡Cuida la vida!
ARMANDO: Me gusta, Cande. ¡Vamos!

Empiezan a limpiar el espacio.
Terminan de limpiar. Miran orgullosos lo que han hecho.

ARMANDO: Oye, Cande… qué bonita se ve la escuela.
CANDE: ¿Verdad que sí?
ARMANDO: Sí, limpia, con sus ladrillos rojos, tejados verdes, candelabros, las mesas de la cafetería largas y de madera, limpias. Se parece a la escuela ésta de…
CANDE: ¿De quién?
ARMANDO: La escuela de… de éste. Del déste que tenía su ésta acá en la frente…
CANDE: ¿De quién hablas, Armando?
ARMANDO: Que se parece a la escuela ésa del déste, ¿cómo se llama? ¡Harry Potter!
CANDE: ¿A la escuela de Harry Potter? ¡Uay! Pues sí que se parece.
ARMANDO: ¿Verdad?
CANDE: ¿Sabes cuál es la diferencia, Armando?
ARMANDO: ¿Cuál?
CANDE: Que en la escuela de Harry Potter son brujos y pueden limpiarla y mantenerla limpia moviendo su varita mágica. Pero acá no somos brujos, y para mantener limpia y cuidada la escuela, necesitamos trabajar. Porque la basura no se recoge sola, ni se separa sola, ni las llaves del agua se cierran solas, ni la luz se cuida sola.
ARMANDO: Eso sí, Cande.
CANDE: Entonces necesitamos trabajar y mantener. Trabajar y mantener.
ARMANDO: Trabajar y mantener.
CANDE: Trabajar y mantener.
ARMANDO: ¿Y si alguno de los alumnos no trabaja ni mantiene?
CANDE: Los vamos a estar vigilando, Armando.
ARMANDO: ¿Sí?
CANDE: Como los observadores de la limpieza, Cuando un alumno no recoja su basura, se lo diremos.
ARMANDO: Sí…
CANDE: Y desde las copas de los árboles gritaremos.

Gritan como x´cau.

ARMANDO: Los estaremos observando…
CANDE: Cuidar y mantener.
ARMANDO: Cuidar y mantener.
CANDE: Los estamos observando.
ARMANDO: Mucho cuidado.

Gritan como x´cau.

ARMANDO: Oye, Cande, después de tanto trabajo me ha dado hambre.
CANDE: Tienes razón, Armando. A mí también.
ARMANDO: Vamos por unos chetos.
CANDE: No, Armando, no. Chetos no. Vamos por unos kivis.
ARMANDO: Me encantan los kivis, son deliciosísimos. Me puedo comer cuatro.
CANDE: ¡Uay! Por eso estás gordo.
ARMANDO: ¡Uay! Esto no es gordura, es mi plumaje.
CANDE: ¡Ay, sí! Tu plumaje, chato. Le voy a decir a un alumno que te preste su chamarra-spa para que te la pongas a ver si bajas de peso.
ARMANDO: Esto no es gordura, es grasa que protege mi cuerpo del sol.
CANDE: Sí, cómo no. Ya, vamos por unos kivis, pues.
ARMANDO: Vamos, Cande. Pero no se te olvide que después de comer, pondrás la basura en su lugar.
CANDE: Y que al irte, apagarás la luz.
AMBOS: Porque cuesta.

Canción.